El Papa tiene previsto presidir todas las celebraciones litúrgicas, a pasar de sus problemas de rodilla, durante esta Navidad, en la que estará muy presente la guerra en Ucrania, que centra su mensaje para la 56ª jornada de la Paz que se celebrará el próximo 1 de enero de 2023.
“El virus de la guerra es más difícil de vencer que los que afectan al organismo”, señala Francisco en un texto que se ha hecho público el pasado viernes. Tradicionalmente, el contenido de este documento revela el tono y la temática que predominarán en las homilías y alocuciones del Papa durante las celebraciones navideñas.
Por ello, es previsible que Francisco vuelva a hacer hincapié en que los conflictos bélicos son “una derrota para la humanidad” y que lamente que todavía no haya “soluciones adecuadas” en Ucrania.
Según el calendario de celebraciones publicado por la oficina de prensa del Vaticano, mañana sábado 24 de diciembre a las 19:30 horas celebrará la Misa del Gallo en la Basílica de San Pedro junto con los cardenales de la Curia, además de algunos obispos y sacerdotes.
Al día siguiente, el día de Navidad, Francisco se asomará al balcón central de la basílica vaticana a las 12:00 horas e impartirá a los 1.200 millones de católicos del mundo su bendición ‘urbi et orbi’, en un contexto marcado por la guerra en Ucrania.
Está previsto que el Papa se dirija “a la ciudad y al mundo” y que reitere su petición para que se ponga fin a las situaciones bélicas e injusticias en todo el mundo. El sábado 31 de diciembre celebrará a las 17:00 horas las vísperas y el ‘Te Deum’ en acción de gracias por el año que termina, mientras que la primera celebración del 2022 tendrá lugar el domingo 1 de enero, Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios, y también Jornada Mundial de la Paz.
Celebrará una misa a las 10:00 horas en la Basílica de San Pedro. El miércoles 6 de enero presidirá la eucaristía de la solemnidad de la Epifanía del Señor. Como es tradición, el tiempo de Navidad concluirá el día 8 de enero, el domingo después de la Epifanía, fiesta del Bautismo del Señor, cuando tendrá lugar la tradicional cita del Papa en la Capilla Sixtina. A las 9.30 horas, Francisco presidirá la Santa Misa y administra el bautismo de algunos niños con sus padres.
El Papa celebrará el 13 de marzo de 2023 el décimo aniversario de su Pontificado, tras la histórica renuncia de Benedicto XVI, el papa emérito. A pesar de sus problemas de salud, en concreto la artrosis que arrastra en la rodilla derecha y que le impide caminar o desplazarse sin ayuda de una silla de ruedas o de un bastón, Francisco no ha reducido durante los últimos meses su agenda ni el ritmo de trabajo.
GUERRA, SÍNODO Y NUEVA CONSTITUCIÓN
Este año el Pontífice se ha dedicado a denunciar la guerra en Ucrania y también a tratar de mediar de forma discreta. Recientemente, reveló que había enviado listas de prisioneros a Rusia para su liberación. Francisco ha señalado que viajará a Kiev si también puede viajar a Moscú. La invasión de Ucrania por parte de Rusia a enrarecido las relaciones entre el Papa y el Patriarca de Rusia Kirill, con el que mantuvo una reunión telemática en marzo.
Al margen del conflicto, pasado mes de marzo firmó la nueva constitución apostólica ‘Predicad el Evangelio’ que regula la nueva composición y competencias de los distintos departamentos y organismos de la Curia Romana y que sustituyó al texto legislativo, ‘Pastor Bonus’, promulgado por Juan Pablo en 1988.
La cuarta gran reforma de la curia romana -la administración central de la Iglesia- en 500 años después de la de Pío X, Pablo VI y Juan Pablo II, trajo consigo cambios considerables como que los jefes de dicasterio ya no tienen que ser necesariamente cardenales, pueden ser también laicos. Actualmente, son dos los laicos los que ocupan cargos en e Vaticano.
Se trata del italiano Paolo Ruffini, que está al frente del Dicasterio para la Comunicación, el organismo que coordina todos los medios editoriales, de información, comunicación y multimedia de la Santa Sede; y el español Maximino Caballero Ledo, actual prefecto de la Secretaría para la Economía de la Santa Sede.
Por otro lado, el Papa ha cesado en bloque a la cúpula directiva de Cáritas Internacional después de que una investigación interna sacase a la luz problemas de mala administración y abusos de poder en el ámbito de la gestión del personal. Asimismo, el Sínodo para la Sinodalidad, un gran proceso de escucha en la Iglesia que arrancó en octubre del 2021 en las iglesias locales y que ha interpelado tanto a las Conferencias Episcopales, como a las parroquias, colegios y laicos de base, ha puesto la base de las cuestiones clave que todavía están abiertas en este pontificado.
En la última síntesis elaborada por la Secretaría General del Sínodo a partir de las aportaciones que las distintas comunidades y grupos enviaron a las diócesis, se reclama una “Iglesia capaz de una inclusión radical” y se hace presente la “incertidumbre” para responder a los desafíos que presentan, por ejemplo, los que sienten “una tensión” entre su pertenencia a la Iglesia y su vida afectiva.
En estos últimos meses, el Papa ha recibido en el Vaticano a los obispos alemanes que, en 2018, tras la publicación del informe que sacó a la luz 3.677 casos de abusos sexuales a menores perpetrados en los últimos 70 años, arrancaron un proceso de debates en el que laicos y religiosos germanos, también obispos, cuestionaban algunos temas de la doctrina católica como la moral sexual sobre la homosexualidad o la posibilidad de llevar adelante sacerdocio femenino.
Tras el encuentro sin cámaras ni periodistas, los 62 obispos alemanes protagonizaron una inédita reunión de cuatro horas con los responsables de la Curia Romana. El Vaticano aseguró por un lado que había presentado ante el episcopado germano sus “reservas” respecto a la metodología y los contenidos del llamado Camino Sinodal Alemán, si bien ambas partes convinieron “continuar la escucha mutua y el diálogo en los próximos meses”. “El cisma no es una opción”, aseguró el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Georg Bätzing. Solo dos semanas después, fue el turno de los obispos belgas de habla flamenca, que hablaron “abiertamente” con el Papa de la posible ordenación de hombres casados, de la necesidad de profundizar en la cuestión de mujeres diaconisas y de la bendición a parejas homosexuales, según explicaron.
Los obispos flamencos fueron los primeros en pedir oficialmente al Vaticano que se contemplase la bendición de parejas del mismo sexo, tras aprobar que se realizase en sus diócesis un “momento de oración” ante los fieles homosexuales que se comprometen mutuamente ante Dios, aunque señalaron que claramente esto está diferenciado del matrimonio sacramental.