Superada la crisis mediática por la tragedia del Boeing 737 MAX, la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos volverá a aceptar que estos aviones levanten vuelo y buscará convencer a otros países de que también hagan lo mismo.
La FAA presentará a las autoridades de aviación civil de varios países el correctivo del sistema anti-bloqueo MCAS, implicado en los desastres aéreos de Ethiopian Airlines del 10 de marzo y Lion Air del 29 de octubre del año pasado, que causaron un total de 346 muertes.
La reunión debería proporcionar pistas sobre sus intenciones y el nivel de confianza que aún tienen en Boeing y en la FAA, que mantienen fuertes vínculos entre sí. La cita se llevará a cabo en la sede de la FAA en Fort Worth, Texas, sede de American Airlines, una de las aerolíneas clientes del 737 MAX.
El encuentro se desarrollará en momentos en que aumentan las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.
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“Es un acontecimiento clave para que el 737 MAX vuelva a volar”, estima Michel Merluzeau, experto de Air Insight Research.
“Permitir al MAX regresar a los cielos y limitar las pérdidas de las compañías aéreas: eso es lo que se está jugando”, sostiene a su vez Scott Hamilton, de Leeham Company.
Estarán presentes en la reunión representantes de 33 países, entre ellos los 28 de la Unión Europea, Canadá, India, Indonesia y Etiopía.
China, primer país que decidió mantener en tierra los 737 MAX, también enviará delegados, pero existen fuertes dudas acerca de si encontrará aceptables las explicaciones de la FAA en pleno conflicto comercial con Estados Unidos.
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Boeing y las compañías aéreas no fueron invitadas a la cita, que se desarrollará a puertas cerradas y se extendería por varias horas. Una rueda de prensa, cuyos detalles no están aún totalmente determinados, está prevista para el fin de la tarde y será dictada por el jefe interino de la FAA, Dan Elwell.
La FAA “tratará de convencer (a los reguladores) que esta vez ella y Boeing hicieron bien las cosas”, considera Scott Hamilton.
El regulador aéreo estadounidense espera que esta aparente apuesta a la transparencia incitará a las otras autoridades a que la imiten una vez que dé luz verde al 737 MAX modificado para permitirle volver a volar en el verano boreal.