Los gobiernos de Estados Unidos y El Salvador firmaron dos acuerdos significativos. Primero, El Salvador se comprometió a recibir en sus cárceles a criminales capturados en EE. UU., incluidos ciudadanos estadounidenses. El presidente Nayib Bukele destacó que su país ofrecería esta opción a cambio de una tarifa, lo que permitiría mantener sostenible su sistema penitenciario. Segundo, Washington acordó apoyar a El Salvador en el desarrollo de energía nuclear, buscando diversificar su matriz energética y reducir la dependencia de combustibles fósiles.
Rubio señaló que con este acuerdo Estados Unidos busca que el país centroamericano sea un lugar “donde todas las tecnologías, todas las industrias, todas las promesas de este nuevo siglo puedan encontrarse”.
Durante la visita del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, Bukele describió el acuerdo como “sin precedentes”, mientras que Rubio elogió al presidente salvadoreño por su alineación con los intereses estadounidenses. El Salvador ya alberga el Centro de Confinamiento para el Terrorismo (CECOT), la mayor prisión de América Latina, donde actualmente se encuentran más de 20 mil pandilleros.
A pesar de la aprobación popular hacia las medidas de seguridad implementadas por Bukele, que han llevado a la detención de más de 80 mil personas desde 2022, organizaciones de derechos humanos han denunciado abusos y muertes en prisión. Además, no se han proporcionado detalles sobre cómo se manejará la seguridad en el caso de recibir criminales extranjeros.
(Con información de www.elpais.com)