Lo del maestro de izquierda Pedro Castillo estaba cantado en Perú, la tierra inca, del buen comer y del oro puro.
Las afinidades de Panamá con Perú son históricas y desde la época de la conquista el intercambio comercial y político no ha parado. Somos pueblos hermanos que luchan hoy día contra la pobreza y por la democracia.
Pedro Castillo ganó las elecciones sorpresivamente porque la candidata de la derecha representaba la corrupción y el chantaje de siempre, pero el inexperto maestro se quedó sin base política ante un Congreso que no le dio tregua ni un solo día.
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Ahora Pedro Castillo pasa a la historia como un mediocre presidente golpista que no respetó las instituciones democráticas y al que se lo comieron los apetitos políticos, hoy más vivos que nunca en el Perú.
Mientras el temporal pasa, porque ya la tierra inca lleva siete presidentes en siete años, le tocará a una mujer ver si es capaz de conciliar el país y no olvidarse de los excluidos, que son la mayoría del Perú y siempre los que más sufren cuando las ideologías se enfrentan.