La sentencia de culpabilidad del agente policial Derek Chauvin por los tres cargos que se le imputaron por la muerte de George Floyd sin dudas marcará un antes y un después por la forma en cómo se vea el abuso policial, sea por cualquier motivación, en Estados Unidos y en el resto del mundo.
En una sociedad cada vez más integrada y conectada, este hecho con marcado matiz racial hizo eco en casi todas las sociedades del planeta, convirtiendo a George Floyd en un referente de esa subyugación inadmisible a la que todos podemos ser sometidos en un momento dado.
Panamá no escapa de esa realidad, todo lo contrario, el abuso por parte de las fuerzas del orden es casi institucionalizado.
Y se hace más evidente en momentos en que un sector de nuestra población, sobre todo joven, se empieza a activar en la exigencia continua de sus derechos y la búsqueda de justicia y bienestar social.
Por lo anterior, este fallo debe convertirse en un ejemplo de lo que no podemos permitirle a quienes están llamados a protegernos y cuidarnos.
Profesionalizamos a nuestras fuerzas del orden y que el respeto a los derechos humanos sea su norte.