Los divididos políticos británicos compartieron un inusual momento de unidad el miércoles, cuando un legislador conservador regresó a trabajar seis meses después de una sepsis que lo puso en coma y le ocasionó la amputación de manos y pies.
Craig Mackinlay, de 57 años, entró caminando sin ayuda a la Cámara de los Comunes antes de la sesión semanal de preguntas al primer ministro. Parlamentarios del gobierno y de la oposición se pusieron de pie para ovacionarlo.
“Como saben, no permitimos aplaudir”, dijo el presidente Lindsay Hoyle mientras la esposa de Mackinlay y su hija de 4 años observaban desde la tribuna pública. “Pero esta es una excepción”.
Mackinlay, quien desea ser conocido como “el diputado biónico”, expresó su intención de hacer campaña para aumentar la conciencia sobre los signos de la sepsis y para que el Servicio Nacional de Salud (NHS) ofrezca mejores tratamientos y prótesis a quienes han perdido más de una extremidad.
Dirigiéndose a sus colegas en la Cámara de los Comunes, Mackinlay agradeció al primer ministro Rishi Sunak y a Hoyle por visitarlo mientras estaba en el hospital. Refiriéndose al saco largo negro que viste el presidente de la cámara, bromeó diciendo que “el resto del hospital pensó que debía estar terriblemente enfermo, porque hasta vino el director de la funeraria”.
Pidió a Sunak que se asegurara de que el servicio de salud “integrara el reconocimiento de los primeros signos de sepsis”.
“Si podemos evitar que alguien termine así, diría que es un trabajo bien hecho”, afirmó Mackinlay.
También solicitó a los ministros de salud que garanticen el “suministro de prótesis adecuadas”.
Según relatos de Mackinlay, fue trasladado al hospital el 28 de septiembre tras sentirse mal. En el hospital, se puso “azul brillante” porque la sepsis provocó una coagulación que impidió que la sangre llegara a sus extremidades. La sepsis es una reacción potencialmente mortal a una infección que ocurre cuando el sistema inmunológico reacciona exageradamente y comienza a dañar los tejidos y órganos del cuerpo.
Mackinlay fue inducido al coma y le dijeron a su esposa que tenía un 5% de posibilidades de sobrevivir. Cuando despertó después de 16 días, sus extremidades se habían vuelto negras y el 1 de diciembre le amputaron las manos y los pies.
“Lograron salvar por encima de los codos y por encima de las rodillas”, comentó a la BBC. “Entonces se podría decir que tengo suerte”.
Mackinlay representa al distrito legislativo de South Thanet en el sureste de Inglaterra desde 2015.