La Policía Federal de Brasil ha detenido este martes al que fuera jefe de operaciones de la Policía Militar de Distrito Federal, el coronel Jorge Eduardo Naime, por omisión de sus funciones durante el asalto por parte de seguidores de Jair Bolsonaro a varias instituciones el pasado 8 de enero.
Naime ha sido arrestado por orden del Tribunal Supremo en el marco de la operación ‘Lesa Pátria’, con la que se ha podido arrestar ya a decenas de agentes del orden, entre policías militares --en la reserva y en activo-- miembros de las Fuerzas Armadas, e incluso un bombero, ya fuera por omisión de funciones, o por incentivar o financiar los ataques en la Explanada de los Ministerios.
En el caso de Naime, solicitó un permiso en vísperas de los ataques que le fue concebido. Sin embargo, el día 8 tuvo que acudir apresuradamente para gestionar el operativo contra los asaltantes. Un día más tarde fue cesado del cargo por sospechas de haber retrasado el actuar de las tropas, permitiendo así la fuga de muchos de los que participaron en los ataques, detalla ‘O Globo’.
LEA TAMBIÉN: Ya van por 5 mil los muertos por terremoto en Turquía y Siria.
Él siempre ha negado estas acusaciones, alegando que solicitó un permiso de varios días tras “el intenso trabajo durante el año 2022″ y que una vez en el escenario de los hechos cumplió con los protocolos y permitió que se llevaran a cabo “cientos de detenciones”, llegando incluso a ser herido en una pierna, según un comunicado enviado al portal de noticias Metrópoles.
Quien también se encuentra detenido por supuesta omisión de sus funciones es el exsecretario de Seguridad de Distrito Federal Anderson Torres. El último exministro de Justicia de Bolsonaro se encontraba en Estados Unidos en el momento de los ataques. A su vuelta fue expulsado del cargo y encarcelado en Brasilia.
La detención de este martes corresponde a la quinta fase de la operación ‘Lesa Pátria’, con la que se han emitido órdenes de captura por todo el país no solo contra agentes de la ley, sino también contra empresarios por financiar las concentraciones previas a los ataques, civiles, antiguos candidatos políticos e incluso un sobrino del propio Bolsonaro.