El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha tomado la decisión de delegar nuevamente la presidencia a Cynthia Gellibert, quien fue designada como vicepresidenta encargada. Esta acción se produce en medio de un clima político tenso y en el contexto de su campaña electoral para la reelección, programada para el 9 de febrero. Noboa firmó un decreto que establece que Gellibert asumirá el cargo desde el 16 hasta el 21 de enero, lo que marca su segundo encargo presidencial en menos de dos semanas.
La decisión de Noboa ha generado controversia, especialmente porque Verónica Abad, la vicepresidenta constitucional electa, había sido restituida en su cargo por una jueza constitucional tras ser suspendida por supuesta inasistencia laboral. A pesar de esto, Noboa envió a Abad a la Embajada de Ecuador en Turquía, lo que ha sido interpretado como un intento de evitar que asuma las funciones presidenciales durante su ausencia. Abad ha denunciado esta situación como un “golpe de Estado” y ha solicitado a la Organización de Estados Americanos (OEA) que intervenga.
Noboa, por su parte, ha justificado su decreto al argumentar que la Constitución no limita la jefatura del Estado solo a la vicepresidenta electa, sino a cualquier persona que esté ejerciendo las funciones de la Vicepresidencia en ese momento. Sin embargo, esta interpretación ha sido cuestionada por expertos y miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE), quienes sostienen que el poder popular no puede ser reemplazado por un decreto ejecutivo.