Yovany Jadiel López, el bebé que le fue arrancado del vientre a Marlen Ochoa, falleció el viernes por una severa lesión cerebral y tras luchar por su vida desde el pasado 23 de abril.
“Por favor, mantenga a la familia (de Ochoa) en sus pensamientos y oraciones a medida que pasan por este momento difícil”, se detalló la familia de Marlen y el pequeño en un comunicado.
La muerte del pequeño ocurrió a unos meses de que su madre fuera engañada y asesinada para robarlo.
Ésta es la cronología del caso que conmocionó a Estados Unidos y a toda Latinoamérica por la saña con que asesinaron a Marlen Ochoa y la lucha por la vida que emprendió desde su nacimiento Yovany Jadiel López.
El 6 de marzo Marlen Ochoa publicó en un grupo de de Facebook que aún le faltaban cosas antes del nacimiento de su bebé así lo reseña La Patilla.
“Debido a que estoy en la escuela y no puedo trabajar en este momento, no puedo permitirme comprar el resto de las cosas ya que en este momento no tengo suficiente dinero”, escribió Ochoa.
Clarisa Figueroa respondió que su hija tenía ropa extra para bebés que nunca se había usado, afirmó, y explicó que “tuvo la suerte de tener dos baby shower, así que le encantaría difundir la riqueza”.
El 23 de abril, dos mujeres, Clarisa Figueroa, 46 años, y su hija Desirée, de 24, engañaron a Marlen Ochoa y la invitaron a su casa con el pretexto de regalarle ropa para el hijo que tendría en mayo.
Cuando la joven llegó a la vivienda de las desconocidas, Clarisa Figueroa la estranguló y le realizó un corte en el vientre para quedarse con el bebé. Después arrojó el cuerpo de Marlen a un bote de basura.
Horas después de la agresión, el 911 recibió una llamada de alerta sobre el estado crítico de un recién nacido.
“La persona que llamó dio a luz hace 10 minutos”, dice un despachador del 911 en grabaciones de audio obtenidas por WLS. “46 años de edad. El bebé no está respirando. El bebé está pálido y azul. Ellos están haciendo RCP”.
El bebé fue llevado al hospital en estado crítico, informaron los funcionarios a los medios locales. Según la familia de Ochoa-López, era el bebé de la adolescente desaparecida que había sido cortado y arrancado de su cuerpo.
Al arrancar al bebé, Clarisa Figueroa le provocó graves daños cerebrales. Cuando vio que no respiraba, llamó a emergencias y dijo que había dado a luz a un niño que no reaccionaba. Los paramédicos la trasladaron junto al neonato al hospital Advocate Christ Medical Center, en el suburbio de Oak Lawn, en Chicago.
Al llegar a la sala de observación, Clarisa Figueroa tenía la cara y la parte superior del cuerpo manchadas de sangre. No mostraba evidencias físicas propias de un parto, y sus trompas de falopio estaban ligadas. Todos los signos apuntaban a que el bebé no era suyo, pero el hospital, por algún motivo que aún se desconoce, no sospechó lo que ocurría, y no alertó a las autoridades.
Tras los señalamientos y varias investigaciones de la familia, el 7 de mayo las autoridades investigaron la propiedad donde hallaron los restos de Marlen varias semanas después. Detuvieron a varias personas para su interrogatorio.
El padre de Marlen, Arnulfo Ochoa, reveló que fueron ellos quienes investigaron primero y dieron múltiples pistas a la policía que llevaron a la zona donde la citaron para, supuestamente, regalarle la ropa y carriola de bebé, pero donde la mataron.
Los exámenes de ADN confirmaron que Yovani López era el padre del recién nacido. Para poder cuidar de su hijo todo el tiempo, dejó su trabajo. A través de Change.org, su familia inició una colecta para ayudarlo económicamente. Esperan conseguir USD 25.000, que irán destinados al “futuro” de sus hijos. Además de Yardiel, la pareja tenía un niño de tres años, Joshua.
El joven de 19 años dijo que no entiende por qué asesinaron de esa forma a su esposa que nunca hizo daño a nadie: “es muy doloroso, que le pase a tu esposa que conviviste con ella y ahora está ahí con los ojos cerrados, ¿por qué estas personas tan malas hicieron esto? ella no les hizo nada, por qué si sabían que tenía un hijo pequeño de tres años”.
Clarisa Figueroa y su hija, Desiree Figueroa, comparecieron en una audiencia en la que se les negó la fianza y se les presentaron formalmente los cargos en una corte del condado de Cook tras ser acusadas por la policía, de asesinato en primer grado. A Piotr Bobak también se le negó fianza.
Los cargos que enfrentan las tres personas son homicidio en primer grado y agresión agravada.
“Clarisa tomó un cuchillo y cortó el vientre de la víctima de lado a lado para después remover el cordón umbilical, la placenta y el bebé del interior (…) después pusieron la placenta y al niño en una cubeta con el cordón umbilical colgando”, detalló el fiscal.
El 20 de mayo Yovani López, padre del bebé de Marlen, declaró que aunque su hijo sufrió graves daños cerebrales y no tenía actividad cerebral no desconectarían a Yardiel, por lo que esperan “un milagro”.
Una semana después, Yovani abrió por primera vez sus ojos. A más de un mes de su nacimiento, ya no depende completamente de un respirador artificial, según contó la familia a la cadena de noticias Univisión Chicago. Lo conectan por intervalos de quince minutos.
A pesar de los avances, este 14 de junio Yovany Jadiel López falleció este viernes por una severa lesión cerebral y tras luchar por su vida desde el pasado 23 de abril.
La obsesión de los bebés de la asesina de Marlen
Un año antes de que asesinara a la joven de 19 años, Clarisa les dijo a sus familiares que volvería a ser madre, incluso les mostró un ultrasonido, que en realidad había sacado de internet.
Desiree, hija de Clarisa, se sorprendió ya que la mujer de 46 años ya no podía ser madre debido a que le habían ligado las trompas años atrás.
Poco a poco le fue revelando su plan, fríamente le confesó que sería madre aunque tuviera que matar para conseguirlo, lo dijo de forma literal.
Meses después Desiree se embarazó y Clarisa decidió que era hora de tener un bebé para que ambas criaran juntas a sus hijos. Por eso que se suscribió a la página de Facebook de mamás y preguntó que quién daría a luz en mayo, quería celebrar el 10 de mayo ya con el bebé.
Tras concretar el crimen y hospitalizar al bebé, Clarisa Figueroa se habría tomado varias fotografías indignantes al lado del hijo de Marlen.
En el tiempo que pasó en el hospital, donde se hizo pasar durante más de dos semanas por la madre del pequeño, Clarisa Figueroa abrió una campaña en GoFundMe con la complicidad de su pareja, Pete Bobak. Querían recibir donaciones para ayudar al “pequeño Xander”, su hijo moribundo, así que en la página adjuntó algunas fotografías en las que aparecía en la cama del hospital junto al bebé.