Choques entre seguidores y opositores del presidente Evo Morales dejaron al menos 20 heridos el miércoles en la ciudad de Cochabamba en una de las jornadas más violentas en tres semanas de protestas tras las elecciones, de las que el gobernante se declaró triunfador en medio de acusaciones de un supuesto fraude.
Cocaleros y campesinos afines al mandatario llegaron a esa ciudad del centro de Bolivia para apoyar a Morales y desbaratar las barricadas opositoras que bloquean calles y avenidas de la ciudad tras los comicios del 20 de octubre. Los grupos antagónicos chocaron en varios sitios.
Televisoras mostraron imágenes de la turba en batalla campal en las calles con piedras y palos. Funcionarios del Defensor del Pueblo confirmaron 20 heridos, varios graves. Los choques se prolongaron hasta el miércoles en la tarde. Las oficinas de una alcaldía cercana a la ciudad fueron incendiadas y la alcaldesa oficialista Patricia Arce estuvo retenida por varias horas en represalia.
La tensión también crecía en La Paz donde se esperaba el miércoles en la tarde, el arribó del líder cívico del movimiento opositor Luis Fernando Camacho para entregar la carta de dimisión de Morales bajo la acusación de fraude electoral.
El presidente del poderoso Comité Cívico de Santa Cruz intentó entrega la carta el lunes, pero seguidores de Morales impidieron su salida del aeropuerto. El miércoles, militantes de uno y otro bando se apostaron a la salida de la terminal aérea después de que el Ministro de Gobierno Carlos Romero garantizó la llegada del líder opositor desde Santa Cruz
En nueve de las 10 mayores ciudades del país las protestas opositoras se dejaban sentir con cortes de rutas, barricadas callejeras, marchas y reyertas.
Santa Cruz, un reducto opositor y motor agroindustrial del país, permanecía casi paralizada por la huelga convocada por el poderoso Comité Cívico. Dos opositores murieron en esa ciudad producto de choques con oficialistas.
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Desde el martes los opositores realizan plantones en las puertas de las oficinas públicas y bloquean algunos pasos fronterizos.
Se espera que la próxima semana una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) concluya una auditoria de los comicios del 20 de octubre, pero la oposición la oposición la rechaza bajo la sospecha de que avale el resultado. La misión llamó a los ciudadanos a entregar pruebas del supuesto fraude. La oposición pide la renuncia de Morales y la convocatoria a nuevas elecciones con otro Tribunal Electoral. El mandatario anticipó que no dimitirá y acusó a los opositores de confabular para derrocarlo.
Estas son las mayores protestas que afronta Morales en sus casi 14 años en el poder.
El mandatario llegó debilitado a los comicios por escándalos de corrupción, acusaciones de autoritarismo y su empeño en reelegirse pese a un referendo que le negó esa posibilidad, lo que encendió el rechazo ciudadano a pesar de su buena gestión económica.