Catorce miembros de una secta religiosa en Australia han sido declarados culpables del homicidio involuntario de Elizabeth Struhs, una niña de ocho años que padecía diabetes tipo 1. La niña murió el 7 de enero de 2022 debido a cetoacidosis diabética, tras ser privada de insulina y atención médica durante seis días, ya que sus padres y otros miembros del grupo creían que Dios la curaría a través de la oración y el canto.
El juicio, que se llevó a cabo en el Tribunal Supremo de Brisbane, duró nueve semanas y escuchó testimonios de 60 testigos. El juez Martin Burns determinó que la muerte de Elizabeth era “inevitable” debido a la falta de tratamiento médico. A pesar de que los acusados se declararon no culpables, el tribunal encontró suficiente evidencia para condenarlos.
Los padres de Elizabeth, Jason y Kerrie Struhs, están entre los condenados. Durante el juicio, se reveló que Jason Struhs había afirmado que “Dios había curado” a su hija justo antes de que su salud se deteriorara gravemente. A pesar de su condición crítica, el grupo continuó orando y cantando alrededor de ella, creyendo que podría ser resucitada después de su muerte.
El grupo, conocido como The Saints, rechazaba la medicina convencional y se consideraba cristiano sin pertenecer a ninguna denominación específica. La sentencia para los condenados está programada para el 11 de febrero.