Una nueva señal de tensión aérea se vivió esta semana cuando aviones militares rusos fueron detectados cerca de la costa de Alaska. Aunque no llegaron a entrar en espacio aéreo estadounidense o canadiense, sí cruzaron hacia la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ), una región estratégica monitoreada por NORAD.

Las autoridades no dieron detalles sobre la cantidad o el modelo de los aviones, pero aseguraron que la situación fue controlada y no se consideró una amenaza inmediata. Sin embargo, este incidente no es aislado: ya en los últimos meses se han reportado movimientos similares, incluyendo un sobrevuelo con bombarderos y cazas rusos.

En septiembre, la tensión escaló aún más cuando un avión ruso casi colisiona con un caza estadounidense. Ese evento fue calificado como “peligrosamente imprudente” por oficiales del Pentágono.
NORAD afirma que estas maniobras reflejan un patrón preocupante de provocaciones rusas. Aunque no hay una amenaza directa declarada, los movimientos apuntan a una intención clara de mantener presión sobre EE. UU. y probar su preparación defensiva.