El presidente de Bolivia, Luis Arce, ha decidido no asistir a la polémica investidura de Nicolás Maduro, alegando una “ajustada” agenda.
La viceministra de Comunicación boliviana, Gabriela Alcón, anunció que Arce no viajará a Caracas para acompañar a su aliado venezolano. Según la funcionaria, el mandatario está inmerso en reuniones clave y en la preparación para enfrentar una nueva marcha impulsada por los sectores leales a Evo Morales.
Sin embargo, el contexto político no deja de sembrar dudas. Arce, quien hasta ahora ha sido un firme aliado del régimen chavista, parece estar tomando distancia en un momento especialmente tenso. Las denuncias internacionales de fraude en las elecciones venezolanas del pasado 28 de julio –donde el Consejo Nacional Electoral proclamó a Maduro como ganador– han puesto a varios gobiernos en jaque, y Bolivia no es la excepción.
La sombra de Evo Morales y las disputas internas
Arce enfrenta una tormenta política dentro de su propio partido, el Movimiento al Socialismo (MAS). Mientras sectores afines a Evo Morales inician una marcha hacia La Paz, el presidente busca mantener el control en un contexto de tensiones crecientes. ¿Es esta la verdadera razón de su ausencia?
Algunos analistas apuntan que Arce podría estar utilizando la “agenda ajustada” como un pretexto para evitar el costo político de asociarse aún más con Maduro, especialmente cuando las críticas internas y externas arrecian.
La conexión Arce-Maduro: Aliados en el ojo de la tormenta
La relación entre Luis Arce y Nicolás Maduro ha sido estrecha, con Bolivia entre los pocos países de la región que felicitaron al venezolano por su discutida reelección. Este respaldo generó duras críticas por parte de líderes opositores bolivianos, quienes consideran que al alinearse con un régimen cuestionado, Arce debilita aún más su imagen.
Por otro lado, la ausencia de Arce en Caracas no significa un rompimiento total. Bolivia enviará una “representación” no especificada, y el diputado oficialista Rolando Cuéllar ya confirmó que estará presente, llevando consigo una medalla y un reconocimiento personal para Maduro.
Maduro, en medio del rechazo internacional
Mientras tanto, en Venezuela, el clima está al rojo vivo. Nicolás Maduro asumirá un nuevo mandato rodeado de protestas y marchas opositoras lideradas por figuras como María Corina Machado. La oposición, encabezada por Edmundo González Urrutia, quien se encuentra asilado en España, ha denunciado fraude electoral y reivindicado su victoria.
El chavismo, por su parte, organiza su propia movilización para reforzar la narrativa oficial, pero la tensión en las calles es palpable.
¿Un cálculo frío o un paso en falso?
La decisión de Luis Arce de no asistir a la investidura de Nicolás Maduro levanta sospechas y da lugar a múltiples lecturas. ¿Está buscando desmarcarse discretamente de un aliado polémico para apaciguar a sus críticos internos y externos? ¿O simplemente evita enfrentarse a la realidad de un régimen que ya no goza del mismo respaldo internacional?