En menos de una semana, el mundo del entretenimiento se vistió de luto tras el sensible fallecimiento de tres grandes figuras de la música, el teatro y la televisión. El lunes 17 de febrero falleció la cantante Francisca Viveros Barradas, mejor conocida como Paquita la del Barrio; ese mismo día, con apenas unas horas de diferencia, se conoció el deceso de Yolanda Montes, Tongolele, y tres días después se conoció del fallecimiento de se informó también el sensible fallecimiento del actor y presentador de televisión Daniel Bisogno.
Con la muerte este viernes del comunicador, resurgió la famosa teoría de la “regla de 3″, que señala que los famosos se van de 3 en 3.
Esta es una creencia popularizada en 1959 tras la muerte de los músicos Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper en un accidente aéreo. La tendencia humana a buscar patrones, un sesgo cognitivo llamado “apofenia”, explica este fenómeno, reforzado además por la cobertura mediática que conecta muertes ocurridas en un corto periodo de tiempo.
Varios casos han reforzado esta creencia:
En 2009, Michael Jackson, Farrah Fawcett y Ed McMahon fallecieron en un lapso de pocos días.
En 2016, Prince, David Bowie y Alan Rickman murieron en el mismo año, aunque con meses de diferencia.
En 2017, murieron Evita Muñoz “Chachita”, José Ángel García y Gonzalo Vega en un periodo relativamente corto.
En 2022, Betty White, Sidney Poitier y Bob Saget fallecieron dentro de unos días entre sí.
En 2020, la muerte de los actores Raymundo Capetillo, Manuel “El Loco” Valdés y Óscar Chávez con solo semanas de diferencia reavivó la teoría.
Estadísticamente, las muertes de celebridades son eventos independientes, y la percepción de un patrón es más un mito urbano influenciado por el impacto mediático y el sesgo cognitivo.
Hay miles de celebridades en diferentes industrias y países, por lo que es probable que algunos fallezcan en fechas cercanas simplemente por azar. Sin embargo, cuando los medios destacan solo a tres de ellos y omiten otros fallecimientos menos notorios, se refuerza la percepción de que existe un patrón.