La pandemia de la covid-19 ha significado un reto de adaptación para muchas personas y gremios que han visto cómo sus vidas han sufrido modificaciones en el último año.
Una de ellas es la actriz, cantante, presentadora, empresaria, madre y esposa Ingrid De Ycaza, quien conversó con Mi Diario sobre cómo ha sido llevar sus distintos roles en un periodo tan difícil como el de la pandemia de la covid-19.
LEA TAMBIÉN: Nada de fake. Windy Girk sale al paso de publicaciones que aseguraban que lo de su hospitalización en la UCI era una farsa
¿Qué ha sido lo más difícil a lo que has tenido que adaptarte en estos tiempos de pandemia?
“Entender que mi hogar no es solo mi hogar, también es un salón de clases, estudio, centro de entretenimiento, oficina, en fin, ha sido un reto tener que aprender a compartir y respetar el espacio personal de cada uno de nosotros. Resolví rápidamente llevando algunas cosas de mi casa a mi mini-depósito en Mega Storage y habilitando mi sala para poder seguir con nuestras tareas”.
¿Por pandemia has tenido que hacer una pausa en lo musical?
Nada me gustaría más que tener un público de frente disfrutando de mi música pero la crisis ha limitado el movimiento de personas, por lo que muchos eventos se han cancelado, así que por el momento a corto plazo lo veo complicado, pero bueno uno nunca sabe, todo puede pasar.
Lo que si no has detenido es la realización de contenidos para televisión. Háblanos de esa experiencia. ¿Cómo ha sido trabajar desde casa con un entorno totalmente diferente (virtual desde casa)?
He continuado con la producción de contenido para televisión y redes sociales 100% dentro de mi casa. Tuve que instalar un sin fin (tela que se coloca como fondo para filmar o tomar fotografías), luces, trípode y otro equipo, abrir un espacio en mi sala para poder instalar este estudio provisional. Se incorporaron al hogar escritorios, libreros y otras piezas que salieron del mini depósito, las cuales ocuparon el espacio de otros muebles de la casa, que a su vez tuvieron que llevarse a Mega Storage, como un intercambio. Yo tengo dos mini depósitos, uno en el cual guardo todo lo referente a mi casa y documentos personales, diplomas, certificados de nacimiento, adornos de navidad, la cuna de mis hijos, muebles y de más, que sabemos no se van a deteriorar por el ambiente climatizado. Somos más eficientes y productivos cuando trabajamos en un espacio en armonía, es por esto por lo que es tan importante poder adecuar tu espacio de vida y trabajo en tu casa, si ese es el caso, para que tu esfuerzo rinda los frutos esperados, sobre todo si hay niños que también necesitan su espacio para estudiar.
¿Crees que esta forma de trabajar llegó para quedarse y que en post-pandemia ya no sea realmente necesario ir a estudios de grabación?
Creo que dimos un paso gigante en esa dirección y definitivamente no va a ser igual que antes, hay mucha más flexibilidad, pero esto no aplica en la misma medida para todos las ramas del entretenimiento. Es como los que leen los libros digitalmente o los que prefieren comprarlo y sentir la textura del papel. Son dos experiencias muy distintas.
Eres empresaria y ama de casa. La pandemia nos ha dado la oportunidad de estar más tiempo con nuestros seres queridos. ¿Qué has aprendido en este tiempo de convivencia familiar más extensa?
Definitivamente, lo valoro y aprecio más cada día. Esta experiencia nos ha unido más como familia, sin importar que tan corto o largo sea el momento, es hoy, es ahora que hay que disfrutarlo.
¿Cuál crees tú que es la lección que nos deja una situación tan difícil como la pandemia?
Que venga lo que tenga que venir, que pase lo que tenga que pasar, porque este año que terminó nos ha demostrado que los que estamos, somos indestructibles!... A vivir intensamente por nosotros y por los que ya no están. Para qué esperar y dejar todo para después o para ocasiones especiales si al fin y al cabo estar vivos y abrir los ojos cada mañana ya es una ocasión especial.
Dicen que la pandemia ha herido de muerte esa forma de ser tan sociable del panameño de saludar efusiva y cariñosamente a propios y extraños. ¿Crees que esa fobia a acercarnos más de dos metros a las personas perdurará más allá de la emergencia sanitaria?
Pienso que lo que bien se aprende difícilmente se olvida, desde pequeños en nuestras casas nos enseñaron ese compartir, ese calorcito que nos caracteriza, viene en nuestras venas, inclusive lo puedo aún con todo y mascarilla. Así que pienso y espero que sea algo pasajero.