A escasas dos semanas del lanzamiento oficial de Finding Freedom: Harry and Meghan and the Making of a Modern Royal Family (En busca de la libertad: Harry y Meghan y la creación de una familia real moderna), los medios del mundo entero y los seguidores de las actividades de la realeza se hacen agua la boca con cada uno de los adelantos que está publicando el influyente medio The Times del libro de Omid Scobie y Carolyn Durand.
En el más reciente de los adelantos del libro que verá la luz de forma oficial el próximo 11 de agosto, se abordó el tema de la primera cita de Meghan y Harry, que para los que no lo sabían fue casual, nada planificado y ocurrió en 2016 en Londres, cuando un amigo en común que los presentó. ¿Pero quién fue ese amigo en común? Al parecer ni el libro logrará despejar las dudas pues los Sussex prefieren mantenerlo en el anonimato.
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Para los que le han seguido la pista al príncipe Harry se habrán percatado que es un hombre más bien sobrio pero no de una personalidad tímida, sin embargo, al inicio de la relación, el romper el hielo en su primera conversación con Meghan pareció costarle y según la publicación, la entonces actriz se pudo percatar del nerviosismo del admirador. Para dicha de la hoy pareja no pasó mucho tiempo para que ambos se dejaran llevar y la conversación fluyera de manera amena.
Como un chico normal que intenta impresionar a una bella dama, el príncipe Harry se valió de sus anécdotas para despertar en ella el interés, es por eso que no pudo faltar en la conversación las historias de sus largos viajes por África y su labor filantrópica para que mejorar muchas cosas en el mundo.
Fue una velada que duró unas tres horas, y contrario a lo que muchos creerían no hubo besos, ni te llevo a tu casa ni nada por el estilo, sólo un espero volverte a ver y vaya que sí se vieron. De allí pasaron a otras dos citas más donde fluyó la innegable atracción entre ambos, y una posterior invitación de Harry para que Meghan viajara con él a Bostwana.
Debido a que el naciente noviazgo debía permanecer en secreto para evitar el acoso de la prensa, Harry decidió inventarse una cuenta secreta en la red social Instagram con el seudónimo de @SpikeyMau5, una cuenta misteriosa sin foto visible solo un casco en forma de ratón, que posteriormente Meghan comenzó a seguir. Una audaz Meghan utilizó muy bien las redes sociales para mandarle mensajes secretos a su amor, como el que envió posteriormente a la noche de la primera cita oficial y que consistía en fotos de caramelos en forma de corazón que decían Bésame acompañado del epígrafe “LoveHearts in#London.
Unas semanas después ya Meghan estaba completamente hechizada por su príncipe, que por cierto muy poca mención hacía de sus títulos de nobleza cuando estaban juntos. Se fueron de excursión al África, donde disfrutaron del contacto con la naturaleza, de allí la relación fue de viento en popa, de nada valieron los consejos de algunos amigos que le hicieron ver que su vida podría no ser color de rosa en un país donde las consortes de sus figuras reales no son tratadas con guantes de seda.
Pero ya no había vuelta atrás para ambos, estaban convencidos de su amor y una vida en común. En noviembre de 2016 se filtra a la prensa lo de su noviazgo, obligando al príncipe a Harry a emitir un comunicado donde lo aceptaba y exigía un alto al acoso contra su novia y su familia. Esto sería apenas un peldaño de una tumultuosa relación que concluyó con la separación de sus deberes reales y su mudanza actualmente a Los Ángeles.