Y como dice el conocido adagio popular, no hay nada oculto bajo el sol por mucho tiempo y esto es aplicable, entre otros, a los duques de Sussex, Meghan y Harry, quienes desde que llegaron a la ciudad de Los Ángeles, movieron cielo y tierra para pasar desapercibidos y que no se descubriera la morada que estaban habitando en esa urbe.
Pero solo era cuestión de tiempo para que la sagaz prensa norteamericana diera con el paradero de uno de los secretos mejor guardados en la ciudad angelina, la residencia de los ex miembros de la realeza británica.
Según el diario New York Post, el príncipe Harry y la duquesa Meghan se hospedan en la casa del actor y director de Hollywood Tyler Perry en Beverly Ridge Estates, una comunidad cerrada súper exclusiva en Beverly Hills, digna de estrellas de cine, magnates y cómo no, de miembros o ex miembros de la realeza europea, que además tiene vista muy privilegiada sobre una colina donde se divisa toda la ciudad de Los Ángeles.
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La vivienda en cuestión tiene un valor según los entendidos de unos 18 millones de dólares es de estilo toscano con unas 22 acres, 18 habitaciones y 12 baños, ¿sencilla, verdad?
Lo que aún no han podido descubrir los reporteros es si los Duques de Sussex están allí rentando la misma o en calidad de huéspedes distinguidos del dueño de la vivienda porque no parece haber constancia alguna de compra venta de la misma.
El multimillonario Tyler Perry es muy amigo de la presentadora Oprah Winfrey y se conjetura que ella pudo haber sido el enlace para que se pudiera dar el acuerdo debido a su estrecha amistad con ambas partes.