‘¡Hoy, estoy alegre/ hoy, estoy contenta/ que no pare la fiesta hasta que amanezca... y aunque me vean borrracha/yo soy buena muchacha....! De bote en bote, repleto quedó el esperado “Sandra Fest 50 + 3″ que dejó a la Plaza Paseo Arraiján pequeña por la cantidad de gente que se aglomeró para celebrar en grande el 53 cumpleaños de la rítmica cantante chitreana Sandra Sandoval.
El evento fue por todo lo alto, con estructuras, pantalla gigante, fuegos artificiales, juegos de luces y un espectacular dulce de cumpleaños giratorio, enorme, que tenía la imagen de la homenajeada y en grande la palabra Monagrillo.
“¡Estoy borracha, pero soy buena muchacha... wooopa!”. Cada tema era coreado por la multitud que disfrutó a granel del inmenso repertorio de los Patrones de la Cumbia, Samy y Sandra Sandoval.
Y no solo eso. En el evento participaron también otros artistas invitados, como el mismo esposo de Sandra, Gustavo ‘Tavo’ Flores, Nenito Vargas y Los Plumas Negras, Jhonathan Chavez y Alejandro Torres.
En medio de la farra se obsequiaron premios, como el anunciado viaje para dos personas, todo incluido y una moto.
Sandra estaba visiblemente emocionada, lucía radiante, y en su afán de complacer a su público hasta sacó tiempo para tomarse ‘sefies’ con la multitud. ¡Qué buena muchacha!
En medio del jolgorio llegó el amanecer, pero nadie se quería ir y al despedirse Sandra, el público le pedía ¡otra, otra, otra!
Lo que le llevaron, la impactó
Sin embargo, uno de los momentos más singulares de la noche fue cuando la cantante recibió un peculiar obsequio. Alguien le llevó de regalo nada más y nada menos que una ‘bacinilla’, también conocida como ‘vasenilla’, pero muy peculiar, ya que estaba muy decorada con piedrería y todo.
La artista dijo que era un regalo muy útil y es que ella acostumbra a llevar siempre una en el carro, porque generalmente debe hacer viajes largos por la carretera y en bailes donde no tiene mucha comodidad para ir al baño, prefiere recurrir a su propia ‘bacinilla’.
Es más, una vez contó que en un baile, ella y una amiga, para no ir hasta los baños usaron la ‘bacinilla’, normal. Pero cuando iba a botar el contenido no se fijaron que venían unos de sus colaboradores, unos muchachos que trabajaban con ella, y los bañaron del calientito líquido de pies a cabeza. ¡Ups!
La cosa es que ni corta ni perezosa, Sandra informó que terminado el baile, a las 5:30 a.m., lo primero que hizo fue coger su regalo y se fue a darle uso, porque se estaba orinando, jejeje.
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