Era el Viernes Santo del año 2017, cuando el popular cantante de vallenato Martín Elías Díaz Acosta, heredero de uno de los clanes artísticos más famosos de Colombia y América Latina, perdía la vida en un aparatoso accidente de tránsito en la localidad de Aguas Negras en el municipio de San Onofre, en el departamento colombiano de Sucre, en momentos en que se dirigía a la caribeña ciudad de Santa Marta para una presentación.
El hijo del otro ícono del vallenato, Diomedes Díaz, acababa de salir de una presentación de Jueves Santo en el balneario de Coveñas, cuando sobrevino el accidente donde sufrió múltiples traumatismos en especial en la cabeza y el tórax, lo que a la postre acabaron con su vida en un puesto de salud. Desde que ocurrió el siniestro la hipótesis de que la velocidad habría jugado un papel primordial en este accidente rondó el ambiente, pero tanto su manager como otros allegados la descartaron pues aseguraron que su conductor era una persona responsable que conocía muy bien su trabajo.
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Y así pasaron años en este proceso legal hasta que el pasado 22 de noviembre de 2019 y luego de casi tres años, la Fiscalía acusó formalmente al conductor Armando León Quintero Ponce, por el delito de homicidio culposo por un presunto exceso de velocidad, al conducir la camioneta Toyota Prado blanca que dio tres vueltas en el aire y se estrelló contra el pavimento. Sin embargo, la defensa de Quintero negó las acusaciones y achacó la muerte del cantante a una supuesta negligencia médica en el centro hospitalario donde se atendió al artista por lo que el caso pasó a un juicio oral pactado para el 30 de septiembre 2020.
Pero hoy el Diario colombiano “El Tiempo” dio a conocer que en una audiencia preparatoria que se celebró de manera virtual el 13 de julio, el juez cuarto penal autorizó que se presente el informe que realizó Automotores Toyota Colombia S. A. S. (ATC) en dicho juicio. El mencionado informe detalla con precisión la velocidad en que era conducido el vehículo al momento del impacto.
Según dicho informe citado por el influyente medio colombiano a 4,7 segundos del impacto, el auto en que viajaba Martín Elías era conducido a una velocidad de 159 kilómetros por hora hasta exactamente 3,2 segundos del impacto y al momento de ocurrir el mismo había descendido a los 116 kilómetros por hora. La velocidad máxima de la vía donde ocurrió el accidente era de 50 kilómetros por hora.
Estas pruebas son acreditadas a nivel científico y las mismas serán presentadas en el juicio oral del 30 de septiembre y están basadas en la información que arrojó la computadora del vehículo Toyota Land Cruiser 200 en el que otras tres personas más quedaron heridas.