Corría el año 2006, un joven puertorriqueño irrumpía en el ambiente musical internacional con un pegajoso tema que en uno de sus estribillos rezaba “Se vale To-To , Se vale To-To”. Su nombre René Pérez Joglar, irreverente y subversivo para algunos, un gran músico para muchos.
Sus inicios fueron con la agrupación Calle 13 que fundó junto a su hermana Ileana Mercedes Pérez Joglar y su hermano Eduardo Cabra donde sus letras se destacaban por el fuerte contenido social y político mientras combinaba la música de todas partes del mundo con el rap alternativo.
Hizo de la defensa de las causas indígenas del continente y la importancia de la educación pública en América Latina sus banderas. Su forma de ser a menudo le trajo más de un enfrentamiento con las élites políticas de la isla como aquella vez en que insultó públicamente al ex gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño en el año 2009, a causa de los más de 30 mil despidos que el político ordenó en un controvertido Plan de Reconstrucción Económica.
Eso le valió como él mismo lo destaca en su más reciente sencillo un veto para presentarse en uno de los aforos públicos más importantes de la isla.
A menudo crítico de la política estadounidense en la región, René heredó esa fuerza combativa de sus padres, Flor Joglar de Gracia(madre), quien en sus años de estudiante perteneció a la Juventud Independentista Universitaria (JIU) y de su padre, Reinaldo Pérez Ramírez, un abogado laboralista, músico y escritor también independentista que participó en diferentes brigadas internacionales en Cuba y en apoyo a la revolución sandinista que derrocó al dictador Anastasio Somoza en Nicaragua.
René es más conocido artísticamente como “Residente”, un seudónimo que abrazó en esos años juveniles cuando estudiaba en el Savannah College of Art and Design, en Georgia, Estados Unidos, donde realizó un posgrado en Bellas Artes tras graduarse en la licenciatura en Bellas Artes en San Juan. Fue en esos años en la universidad de Georgia cuando además de escribir poesías, también le fue creciendo su pasíón por el rap, arte que retomó el regresar a su Patria y alimentar sus letras con la cotidianeidad boricua, su jerga y esa musa que significó para él vivir a un costado del barrio La Perla, alma popular de San Juan, Puerto Rico.
El Reencuentro con sí mismo
Tras años de luces y sombras, desde que su sencillo Atrévete conquistó el continente y posteriores producciones le hicieron ganar múltiples premios, entre ellos los codiciados Grammy, René, desde hace unos años como solista, ha dado en este 2020 un golpe de autoridad en una época en que el que el rap y el género urbano en general son cada vez más variados y competitivos.
Y quién diría que ese renacer con el éxito de masas vendría de la apertura más intima de su vida, su más reciente sencillo titulado con su nombre “René” lleva en menos de una semana casi 40 millones de visualizaciones en la red social YouTube.
Pero ¿por qué René ha sido un bom, e incluso que ha motivado a muchos a reconocer que han llorado al escucharlo? La respuesta para los analistas es que muchos de una u otra manera tenemos un René que pasó vicisitudes, que se sintió derrotado y sin ánimos, que tuvo una madre o algún otro ser querido que lo animó cuando más oscuros fueron sus días, que tuvo sueños, que se deprime.
René es esa parte humana y débil que todos tenemos y las decepciones que nos llevamos en la vida, y el orgullo de saber de dónde venimos, las alegrías y las derrotas. El vídeo fue filmado en Trujillo Alto, barrio natal del cantante y hasta ayer, lunes era el segundo video más visto en el mundo y se volvió tendencia en países como: EE.UU., Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Puerto Rico, Paraguay, El Salvador o Uruguay.
Este sencillo narrativo, de más de siete minutos, con un ritmo de balada y piano distante de los ritmos urbanos actuales donde entre los aspectos personales del cantante que se dan a conocer es el rostro de su pequeño hijo, Milo, ha roto barreras pegando en lo más íntimo a muchos.
Cabeza, rodilla, muslos y caderas, ese estribillo infantil con dulce voz angelical de una madre seguirá retumbando en la cabeza de muchos mientras siguen aflorando los René que muchos llevamos por dentro.