El intérprete de “La balada del pistolero”, Yemil, llegó sereno la mañana de este jueves a Plaza Ágora, donde le revocaron las medidas cautelares y se le dio la medida más grave, la detención provisional luego de que la fiscal apelara la decisión de la jueza de garantías en la pasada audiencia.
La estrella salió con esposas y fue trasladado al centro penitenciario de Tinajitas.
En el receso de la audiencia, el cantante degustó una hamburguesa y papas fritas, y por más que le consultamos si era culpable o inocente y qué significa eso de “Maleante caro” de su canción, nos ignoró y fingió hablar por celular.
El “Maleante caro” tenía que reportarse los días 30 de cada mes, no contactar a la víctima, ni acercarse a ella ni a sus familiares, tenía prohibido salir del país, entre otras medidas.
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Para la revocación, los magistrados de la apelación se basaron en el riesgo de fuga, ya que se comprobó que Yemil dio una dirección en la cual tiene solo ocho meses de alquilado y, por lo tanto, el domicilio es endeble.
Otro riesgo para la víctima es que ha habido acercamientos del imputado, a pesar de que existe una medida de protección.
Para la decisión de la nueva medida fue trascendental la evaluación psicológica que hizo el Instituto de Medicina Legal a la víctima.
Los delitos por los que Yemil se encuentra investigado son: lesiones psicológicas agravadas, por las que se le podrían dar de 80 meses a 12 años de prisión, y el delito de privación de libertad, con condena de hasta cuatro años de prisión.
Una fuente reveló a Mi Diario que el cantante soltó el llanto luego de que le dieron la noticia y que los otros detenidos le pedían que cantara algo, a lo que este se rehusó.
Por su parte, su exnovia dijo estar satisfecha con la detención, luego de que fuera víctima de los golpes del cantautor.