Desde antes que el Covid-19 tocó a las puertas del Palacio de Buckingham, todos los reflectores estaban puestos en la nonagenaria monarca Isabel II debido a que por su avanzada edad entra en uno de los grupos de más alto riesgo de esta pandemia.
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Cuando ya era evidente que el brote del nuevo coronavirus estaba ganando terreno en el Reino Unido, desde Palacio se tomó la decisión de aislar a la Reina prácticamente del mundo exterior, incluso de muy cercanos familiares y colaboradores.
La semana pasada el planeta fue sorprendido con el positivo por Covid-19 del sucesor directo al trono británico, el príncipe Carlos, eso hizo que inevitablemente todas las preocupaciones se volvieran a centrar en la jefa de Estado, aunque de inmediato se aclaró que tenía semanas de no tener contacto directo con su hijo Carlos.
La noche del viernes circuló por medios internacionales que Isabel II a pesar de los cuidados, había sido contagiada con el nuevo coronavirus, esto fue descartado posteriormente y en un comunicado se aclaró que está en buen estado de salud y que la última vez que vio al primer ministro Boris Johnson, otro positivo al Covid -19, y quien se aseguraba la contagió durante una reunión, fue el pasado 11 de marzo.
Hasta el momento el momento todo parece estar bien con la longeva soberana que sigue fuerte como un roble y al frente del imperio británico.