En un reciente artículo de opinión, el renombrado artista y activista político Rubén Blades se ha pronunciado enérgicamente contra la candidatura de José Raúl Mulino, apuntando a una preocupante interpretación de la Constitución por parte del Tribunal Electoral de Panamá. Según Blades, esta situación plantea serias dudas sobre la legalidad y moralidad del proceso electoral en el país, especialmente dada la vinculación de Mulino con el controvertido y condenado político Ricardo Martinelli.
Blades critica la decisión del Tribunal Electoral, que se ha declarado por encima de la Constitución al habilitar a Mulino como candidato, a pesar de la clara inconstitucionalidad de su nominación sin un vicepresidente. Esta interpretación ha sido respaldada por el procurador de la Nación, Javier Caraballo, lo que para Blades constituye un acto absurdo y preocupante.
El artículo profundiza en la importancia de respetar la voluntad del votante, pero señala la inconsistencia de este argumento cuando se usa para justificar candidaturas que claramente violan los principios constitucionales. Blades argumenta que esta situación revela no solo un desafío a la legalidad sino también el poder intimidatorio de Martinelli sobre las autoridades electorales.
Blades también reflexiona sobre el impacto de esta candidatura en la percepción internacional de Panamá, cuestionando la legitimidad de un gobierno potencialmente encabezado por Mulino y las repercusiones que esto tendría en la inversión extranjera y la posición de Panamá en el escenario global. Argumenta que permitir que Mulino, el elegido de Martinelli, asuma la presidencia sería validar y perpetuar la corrupción dentro del gobierno panameño.
Finalmente, Blades hace un llamado al electorado panameño a considerar las implicaciones de su voto en las próximas elecciones. Resalta la importancia de elegir candidatos que representen la integridad, la legalidad y el verdadero interés del pueblo panameño, más allá de la manipulación política y la corrupción.
En resumen, Rubén Blades ofrece una crítica mordaz de la situación política actual en Panamá, enfocándose en la candidatura de José Raúl Mulino. Su análisis subraya la necesidad de un escrutinio riguroso del proceso electoral y un compromiso renovado con los principios democráticos y constitucionales en el país.