La corona británica se encuentra nuevamente en el ojo de la atención pública debido a la incómoda afinidad de uno de sus miembros con los señalados de formar parte de una red acusada por la justicia norteamericana de agresión sexual a menores y tráfico de personas para la explotación sexual.
El príncipe Andrés, duque de York e hijo de la reina Isabel II, fue invitado por los fiscales norteamericanos a aportar en el caso que se le sigue a Ghislaine Maxwell, una amiga íntima suya quien fue detenida recientemente por el FBI en el proceso por los delitos arriba mencionados.
Ella mantenía una relación bastante íntima con el fallecido financista Jeffrey Epstein, quien se suicidó en una cárcel en agosto de 2019 y quien ya había sido condenado por delitos sexuales. Andrés también era amigo de Epstein y fue Maxwell quien los presentó, aunque el duque alega haber cortado todos sus lazos con el deshonrado financista.
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Sin embargo los influyentes diarios británicos “The Telegraph y The Guardian” aseguran que Andrés era un invitado a las cenas organizadas por Maxwell como ayudante de campo de Epstein y también fue fotografiado en eventos, incluída la fiesta temática de “proxenetas y prostitutas” organizada en 2000 por la modelo Heidi Klum en Manhattan. En el proceso judicial se incluye la declaración de Virginia Roberts, quien afirmó que fue coaccionada por Epstein para mantener relaciones sexuales con el príncipe Andrés cuando ella tenía 17 años.
La corona como tal no se ha pronunciado sobre el caso que compromete seriamente al príncipe Andrés de quien siempre se ha dicho es el favorito de la monarca británica; sin embargo, esto ha causado un enorme malestar entre sus miembros que se encuentran cautelosos por los embates que este nuevo escándalo puede causar en sus filas.