Raquel Allen no solo es la ganadora de Fonda vs. Fonda, sino una mujer cuya vida ha estado marcada por el amor a la cocina y la perseverancia. Nacida en Cali, Colombia, pero panameña de corazón, llegó a Colón a los siete años y desde pequeña encontró en los fogones un refugio y un espacio donde podía expresar su creatividad y conectar con sus raíces.
Su pasión por la gastronomía nació en casa, observando a su abuela preparar recetas tradicionales con dedicación y amor. “Desde niña me encantaba verla cocinar. Siempre decía que la comida sabía mejor cuando se hacía con cariño”, recuerda Raquel.

Un arroz con coco fue el punto de partida de su camino lleno de esfuerzo y superación. Con el tiempo, su talento y determinación la llevaron a abrir Allen Family, una fonda donde cada plato cuenta una historia y cada ingrediente lleva consigo el sabor del Caribe.
“La cocina me ha dado todo: me permitió criar a mis hijos, sacar adelante a mi familia y compartir lo que más amo con los demás”, afirma con orgullo.
Más que una cocinera, Raquel es una mujer que ha encontrado en la gastronomía una forma de salir adelante, criar a sus hijos y dejar una huella en su comunidad. Su victoria en Fonda vs. Fonda es solo una parte de su historia.
Y aunque el camino no siempre ha sido fácil, Raquel tiene claro su propósito: “No cocino para ganar concursos, cocino para que mi gente recuerde de dónde venimos, para que cada bocado los haga sentir en casa”.