Cuando aun están lejos de calmarse las agitadas aguas provocadas por la sorpresiva decisión de los duques de Sussex de renunciar a sus funciones reales y su posterior mudanza a Canadá, todos los reflectores se enfocaron hoy en la primera reaparición del príncipe Harry en un compromiso institucional.
Harry voló directo a Londres para presidir en el Palacio de Buckingham un compromiso institucional todavía como miembro de la realeza,se trataba del sorteo de la Copa Mundial de la Liga de Rugby, entidad que le fue heredada de su abuela la reina Isabel quien hasta el 2016 presidía la misma.
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En el que podría ser uno de los últimos compromisos institucionales de Harry como miembro principal de la familia Real, saltaba a la vista una gran ausente, su esposa Meghan Markle, quien cotidianamente lo acompañaba a este tipo de eventos. Esta vez Meghan prefirió quedarse junto al pequeño Archie en su nuevo hogar en Canadá.
Luciendo un sobrio traje y corbata y con un rostro que reflejaba muchísima seriedad, Harry dejó en claro desde un principio que no se referiría a lo que la prensa británica ya ha denominado como el “Megxit” parodiando al “Brexit” acuerdo con que el Reino Unido abandona oficialmente la Unión Europea.
Mientras del otro lado del Atlántico, su esposa Meghan Markle más aliviada y con café en mano, lejos de todo protocolo de la realeza, no podía disimular que se siente como pez en el agua, retomando su propia agenda social que nada tiene que ver con compromisos reales, visitando un refugio de mujeres en Vancouver y posteriormente una visita a una entidad que vela por la justicia climática para las niñas.
Por el momento el todavía duque de Sussex tiene a incios de la próxima semana otros compromisos en Londres antes de partir de regreso a Canadá con su familia mientras tanto el “Megxit” sigue llenando los contenidos de la prensa británica e internacional en espera de nuevas movidas en este caso.