La salud del rey Carlos III ha suscitado creciente preocupación en el Reino Unido tras su diagnóstico de cáncer a principios de 2024. Aunque ha mantenido una imagen pública de serenidad, fuentes cercanas indican que su estado podría ser más delicado de lo que se ha comunicado oficialmente. Según el medio Lecturas, el avance del cáncer es considerado “imparable” y se espera que el monarca continúe con su tratamiento de quimioterapia en 2025.
A pesar de las recomendaciones médicas, Carlos III ha insistido en cumplir con su agenda, incluyendo un reciente viaje a Alemania para la conmemoración del 80 aniversario de la liberación de Auschwitz-Birkenau, donde se mostró emocionado y comprometido. Sin embargo, este tipo de compromisos podría estar afectando negativamente su salud. Además, se reporta que interrumpió su tratamiento por 11 días durante un viaje a Australia en noviembre pasado, lo que podría haber contribuido a un retroceso en su condición.
La falta de información oficial sobre el tipo específico de cáncer y el estado real del rey ha alimentado especulaciones y preocupación tanto en la población como en los medios de comunicación. La Casa Real británica ha mantenido un enfoque discreto, limitándose a emitir comunicados poco detallados sobre su salud.