Walter Mercado yacía el miércoles en un ataúd con un traje de terciopelo multicolor mientras una mujer lloraba absorta frente a una pantalla con imágenes del legendario astrólogo puertorriqueño acompañado de amigos, parientes y su perro, Runo.
Era una de docenas de admiradores que llegaron a una casa funeraria en la capital San Juan para despedir al astro televisivo e icono de la comunidad gay, amado por millones en Estados Unidos y América Latina.
Los admiradores variaban desde mujeres de la tercera edad con aretes de perlas y manicures inmaculados hasta personas de treinta y tantos años que traían calzado deportivo y camisetas sin mangas.
Un admirador, Axel Maldonado, condujo durante dos horas desde la ciudad sureña de Ponce. Recordó que de chico solía imitar a Mercado sentado en una gran silla de mimbre haciendo predicciones.
“Nunca decía nada negativo y decía qué era lo que había que hacer para tener un día positivo”, declaró Maldonado. “Eso me gustaba mucho de él”.
Mercado, al que distinguían sus capas fastuosas de colores brillantes con broches grandes y relucientes, señalaba hacia las cámaras con sus dedos en los que lucía anillos con grandes gemas mientras hacía las predicciones para cada signo.
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Esos movimientos con las manos eran un rasgo preciado por Pedro Esquilín, un técnico en computación que manejó desde la localidad oriental de Loíza para rendir homenaje a Mercado.
“Qué estilo y elegancia tenía”, afirmó Esquilín.
Mercado, que falleció el sábado de insuficiencia renal a los 87 años, se volvió famoso en Puerto Rico por sus dotes de bailarín y actor, y su popularidad comenzó a despegar a finales de la década de 1980. Después se mudó al sur de Florida, donde se integró a Univisión y comenzó a dar los horóscopos que terminaban con su famosa frase: “Pero sobre todo mucho, pero mucho amor”.
Cuando anochecía en San Juan, los admiradores continuaban llegando, entre ellos María Fuentes, de 71 años, que alguna vez llamó a una línea psíquica de Walter Mercado y conversó con él directamente antes de que se hiciera famoso. Ella era adolescente mayor y tenía dudas en cuanto a lo que debía estudiar y el rumbo que debía tomar en su vida.
“Me dijo que creyera en mí, que los géminis teníamos muchos talentos, y que confiara en mí misma”, recordó Fuentes.