Jaime Newball es un actor panameño con más de 20 años de experiencia en obras de teatro en Panamá y en algunas cintas como: James Bond, The Suicide Squad y Salsipuedes, además de “Final del paraíso”, franquicia de “Sin senos no hay paraíso”, o “Perdida” de Netflix.
Ahora su nombre ha resaltado por salir en la película de la que todos hablan: “Sound of Freedom” o “Sonido de libertad”.
Todo comenzó cuando apareció en la página de talentos de Giniva Cárdenas “Creando Panamá” y en el año 2018 fue llamado para un casting virtual en Colombia.
Cuando se enteró de la temática de la película, quiso ser parte ya que pensó que era un tema sensible que muchas veces la sociedad no quiere ver, pero está ahí.
Luego de un tiempo lo llamaron para entrevistarse con el director.
En “Sound of Freedom”, Jaime hace el papel de “Bam bam”, villano que forma parte de un bando de guerrilleros que viven dentro de la selva colombiana.
“Es un villano si lo queremos ver de otra manera y obviamente deja ver otra problemática de la realidad de Colombia”.
Aclara que aunque es un personaje secundario, jamás imaginó el éxito global que tendría la cinta, pero desde un inicio se entregó a su papel completamente y más cuando se enteró de que era basada en hechos reales.
“Se ha generado una acción de hacer testimonio de abordar el tema y esto es parte de lo que hace el arte, nos confronta, nos sacude, nos abre la mirada porque pasa aquí, en Colombia y está pasando alrededor del mundo”, explicó.
Durante el rodaje, algo que marcó al panameño fue una escena de otros colegas mientras realizaban una transacción de favores sexuales de un niño, algo que a pesar de que era actuado, lo estremeció.
“Yo estaba pasando cerca del set y se sentía un ambiente tan pesado y estamos hablando de ficción. Todo el grupo trató de llevar la escena con mucho respeto. Quedé trastocado y aunque era ficción, me trastocó”, dijo y aunque no tiene hijos, sí sobrinos y piensa en su bienestar.
“Es una problemática y el tema es: ¿qué estamos haciendo para impedir que esas cosas pasen y exigir leyes para la protección del infante, es nuestra responsabilidad... Este movimiento que ha pasado con la película no debe pasar desapercibido, debe generar conciencia y más protección, sin entrar en la paranoia. No es que venimos con una súper alerta, pero sí debemos abrir los ojos y velar para que esto no ocurra”.
Sobre las críticas a la cinta o de aquellos que la tildan de conspirativa, dijo que es una producción independiente que se hizo con 14 millones de dólares y fue una cinta que tuvo muchos problemas, ya que estaba lista desde hace rato, pero tenía problemas para llegar al cine y si hay ese mensaje de conspiración es porque no se esperaba el éxito de la misma.
“Estamos hablando de una inversión de 14 millones y una recaudación de 150 millones. Estamos hablando que ha recuperado diez veces el monto de su inversión y a la vez le está dando cátedra a otras que han tenido mercadeo, publicidad y mayor inversión. Con el tiempo creo que van a estudiar la estrategia, esto va a quedar dentro del acontecer cinematográfico. Fue la reacción del público y las redes sociales, no hubo mayor inversión, no hubo vallas publicitarias ni alfombra roja, fue la película, ella misma se sostiene”.
Sobre el acoso y amenazas de muerte que sufrió el productor Eduardo Verástegui, piensa que está mucho más expuesto por vivir en México, un país bastante violento y por defender de frente la película.
Recientemente Nayib Bukele, presidente de El Salvador, firmó un convenio con la producción y decidió proyectarla con entrada gratuita y al cuestionarle si algo así podría pasar, nos dijo que probablemente se genere ese movimiento en Panamá.
“Pienso que varios países van a a empezar a pedir la película y lo que pasó en El Salvador va a ser un agente multiplicador. Hay un interés de poder presentarla en Panamá y presentar una o dos funciones abiertas al público”, afirmó y reveló que la cinta se estrenaría a finales de agosto en Cinemark.
Newball ahora se encuentra haciendo diversos casting y de seguro pronto volveremos a saber de él.