Tras la tempestad viene la calma destaca un adagio popular y al parecer la tranquilidad es la que parece estar regresando al Palacio de Buckingham tras el tsunami que resultó ser la renuncia de la duquesa de Sussex, Meghan Markle y su esposo el príncipe Harry a seguir con las labores de la realeza.
Tras el duro golpe que sufrió la nonagenaria monarca con esta decisión, la reina Isabel decidió tomar el toro por los cuernos y buscarle una solución al problema que significaba el remplazar a los duques de Sussex en la actividades oficiales que se les habían encomendado y al parecer ya resolvió el dilema.

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La encargada de remplazar a Meghan en sus labores es una eterna favorita de la monarca y es nada más y nada menos que Sophie de Wessex, (Sophie Helen Rhys-Jones), esposa del príncipe Eduardo, conde de Wessex e hijo menor de la reina.
La condesa de Wessex de 55 años ha sido la elegida para aliviar la carga que ha producido el Megxit según lo revelan los medios británicos y desde este momento tiene más responsabilidades dentro de la familia real. La popular condesa tiene una relación muy estrecha con su suegra y ya ha representado a la corona tanto en su país como en el extranjero, por lo que no es de extrañar esta elección.
Según detallan los medios británicos, Sophie es vista por la reina Isabel como un símbolo de la familia real pues mientras los matrimonios de sus otros hijos Carlos, Ana y Andrés han terminado en divorcio, el de la duquesa con su hijo Eduardo ha sido duradero.