El duelo entre Benfica y Barcelona estuvo marcado por la expulsión de Pau Cubarsí en el minuto 22, un hecho que condicionó la estrategia de Hansi Flick. Ante la inferioridad numérica, el técnico alemán tomó una decisión clave: sacrificar a Dani Olmo y reforzar la defensa con Ronald Araújo.
En la primera parte, el Benfica intentó aprovechar su ventaja numérica con ataques constantes, pero la solidez de Szczesny en la portería mantuvo a raya a los portugueses. Con un bloque bajo y transiciones rápidas, el Barça resistió la presión y apostó por el contragolpe.
El ingreso de Ferran Torres en la segunda mitad fue clave. Con más velocidad por la banda, el Barcelona encontró su gol en una recuperación de Raphinha, quien definió con precisión para poner el 1-0.
En los últimos minutos, el Benfica intensificó su ofensiva, pero la defensa culé respondió con orden y disciplina. La anulación de un posible penalti a favor del Benfica fue el último suspiro de los lusos antes del pitazo final.
Flick demostró su capacidad táctica al mantener al equipo compacto y peligroso, incluso con 10 hombres. Ahora, el Camp Nou decidirá el futuro de la eliminatoria.