Al menos 15 mil personas estarán en la tarde de este domingo en El Coloso de Monserrat. Si usted no lo conoce, nos referimos al estadio Cuscatlán, casa de la selección de fútbol de El Salvador.
El coliseo será la sede del juego de vuelta entre Panamá y El Salvador, clasificatorio al Campeonato Preolímpico de Concacaf. Los salvadoreños tienen la ventaja de cerrar en casa por el ranking FIFA, el mismo que hoy clasificaría a El Salvador a la hexagonal y no a Panamá.
La ida culminó 1-1 y muchas dudas dejó la selección panameña por su forma física. Esto preocupa porque más allá de la hostilidad de los fanáticos cuscatlecos, se sabe que la grama suele estar en pésimo estado.
Armando Cooper arrojó un mensaje en su cuenta de Twitter sobre no tener miedo.
“Mínimo... ni que el Cuscatlán fuera la Bombonera para tener tanto miedo. Jugar allá eehhh es un estadio igual al Rommel y ni tanto porque el Rommel es mucho más pesado con ese poco de arena de playa..”
Sin embargo, Roberto Domínguez, capitán de El Salvador, le respondió al colonense.
“Él está en todo su derecho de decir lo que quiera. Las redes aguantan cualquier cosa. Pero nosotros nosotros tenemos uno de los estadios más complicados de Centroamérica, sino que le pregunten a México cada vez que viene que jugar acá. Se le complica por la afición, por los beneficios que tenemos a nuestro favor”.
Domínguez se pierde el partido por un esguince.