El rugido de los estadios se vuelve ensordecedor cuando se trata de Play-In, esa antesala de los playoffs donde el error no tiene cabida. Este martes, los focos se centran en dos escenarios: San Francisco y Orlando.
En el Oeste, los Warriors de Stephen Curry intentan sacudirse la maldición. Nunca han ganado un partido de Play-In (0-3) y ahora enfrentan a los Memphis Grizzlies, diezmados por lesiones, pero aún capaces de dar un susto. “Tenemos que concentrarnos y estar listos”, advirtió Draymond Green. El historial favorece a Golden State (3-1 esta temporada) y el Chase Center también juega: los locales ostentan marca de 17-7 en esta instancia.

Pero el pasado reciente no tranquiliza a Steve Kerr. “No me ha encantado este formato”, confesó el técnico. Su equipo deberá estar fino, porque Memphis, aunque herido, no llega a regalar nada.
Mientras tanto, en el Este, Orlando Magic y Atlanta Hawks protagonizan un duelo repetido, pero igual de impredecible. Será la tercera vez en ocho días que se enfrenten, y la serie va 2-2. El Magic, dirigido por Jamahl Mosley, quiere hacer valer la localía con su juventud y energía. Los Hawks, por su parte, llegan con el peso de la experiencia en los hombros de Trae Young.
Los ganadores del martes avanzan como séptimos a la postemporada. Pero los perdedores no están eliminados aún: volverán a jugar el viernes ante los triunfadores del miércoles (Bulls vs. Heat y Kings vs. Mavericks).
El Play-In define el destino de los equipos. Aquí no hay espacio para dudar. Aquí o se gana... o se llora.