Cuando Tony Hawk tomó su primera patineta a los nueve años, pocos podrían haber imaginado el impacto que tendría en el mundo del skateboarding y más allá. Nacido en 1968 en San Diego, California, Hawk no solo se convirtió en uno de los skaters más influyentes de todos los tiempos, sino que también dejó una huella significativa en la cultura popular y la filantropía.
Desde muy joven, Hawk demostró un talento excepcional para el skate. Su hiperactividad y un coeficiente intelectual de 144 lo diferenciaban de sus compañeros, y la patineta se convirtió en su válvula de escape. A los 14 años, ya era un patinador profesional y, durante 12 años consecutivos, mantuvo el título de campeón del mundo, ganando más de 70 concursos y desarrollando más de 100 trucos exclusivos.
A pesar de su éxito temprano, la popularidad del skateboarding declinó en los años 90. Hawk, enfrentando dificultades financieras, decidió fundar Birdhouse junto con el skater Per Welinder. La empresa prosperó con el auge de los deportes extremos, y Hawk volvió a la fama tras ganar el oro en los X Games de 1995 y 1997.
El momento más icónico de su carrera llegó en 1999, cuando completó el primer 900 grados, es un giro aéreo de 2½ vueltas que realizó, marcando un hito en la historia del skate durante los X Games. Este truco desafiante, que le costó años de intentos fallidos, se convirtió en un símbolo de su tenacidad y habilidad. Poco después, Hawk se retiró de la competición, pero su influencia apenas comenzaba.
Ese mismo año, la serie de videojuegos “Tony Hawk’s Pro Skater” debutó, vendiendo millones de copias y revitalizando el interés en el skateboarding. La serie no solo fue un éxito comercial, sino que también inspiró a una nueva generación de skaters.
En 2002, Hawk lanzó Tony Hawk’s Boom Boom HuckJam, una gira de deportes extremos que combinaba skateboarding, motocross y BMX.
Además, estableció la Fundación Tony Hawk, dedicada a construir skateparks en comunidades desfavorecidas. Hasta la fecha, la fundación ha otorgado más de $9,2 millones a proyectos en los Estados Unidos y ha apoyado iniciativas internacionales como Skateistan.
Hawk no se limitó al skate. En 2009, hizo historia al patinar en los jardines de la Casa Blanca con el permiso del presidente Barack Obama. También fue incluido en el Salón de la Fama del Skateboarding ese mismo año. Su influencia se extiende a la televisión y el cine, con apariciones en programas como “Los Simpsons” y “CSI: Miami”.
En 2019, Hawk lanzó su propia línea de ropa urbana, Tony Hawk Signature Line, presentada en la Semana de la Moda de París. Su colaboración con el fotógrafo Anton Corbijn destacó su versatilidad y creatividad.
La historia de Tony Hawk es una de perseverancia y pasión. Su legado en el skateboarding, la cultura popular y la filantropía continúa inspirando a millones. Hawk, ahora padre de cuatro hijos, sigue patinando y promoviendo el deporte que ama, demostrando que la verdadera leyenda nunca deja de moverse.