El 14 de septiembre en Las Vegas promete ser un día crucial para los deportes de contacto, ya que coincidirán dos eventos de gran magnitud: la defensa de los cinturones de Canelo Álvarez contra Edgar Berlanga y el UFC 306 con el enfrentamiento entre Sean O’Malley y Merab Dvalishvili. La elección de esta fecha no es casualidad, sino un claro desafío por parte del boxeo hacia las artes marciales mixtas, una “guerra” de audiencias que se ha intensificado en los últimos años.
Canelo, un boxeador que ha cimentado su nombre en la historia del boxeo, se muestra confiado en que su combate atraerá más atención que el evento de la UFC. “Es diferente. Con Canelo es diferente”, asegura el mexicano, subrayando la importancia de su presencia en el ring, incluso en un día tan competitivo.
La pelea de Canelo contra Berlanga es significativa no solo por la defensa de sus cinturones del CMB y OMB, sino también por lo que representa en el contexto actual del boxeo. Berlanga, aunque talentoso, no posee el renombre de oponentes como Gervonta Davis o Terence Crawford, lo que plantea la pregunta de si esta pelea logrará capturar la atención masiva que Canelo espera. Por otro lado, la cartelera del UFC 306 está llena de combates esperados, especialmente la disputa por el título del peso gallo entre O’Malley y Merab, un enfrentamiento que los fanáticos han anticipado por meses.
El UFC 306 también promete acción explosiva con una cartelera repleta de enfrentamientos intensos, encabezados por O’Malley vs. Dvalishvili.El auge de la UFC ha sido innegable, con la empresa consolidándose como líder en las artes marciales mixtas y ganando terreno en la batalla por las audiencias. Sin embargo, Canelo se muestra imperturbable: “Nadie está sobre mí”, afirmó en una reciente entrevista. Esta confianza, aunque admirable, será puesta a prueba en un escenario donde ambos eventos lucharán por la supremacía en la atención de los fanáticos.
Las Vegas será una vez más el epicentro de los deportes de contacto, donde el resultado de esta “guerra” de audiencias podría marcar un punto de inflexión en la relación entre el boxeo y las MMA. ¿Logrará Canelo mantener su estatus de imán de audiencia o será la UFC quien se lleve la mayor parte del pastel?
