En un nuevo giro en el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, el cardiólogo Óscar Franco declaró que su colega y médico de cabecera del exfutbolista, Leopoldo Luque, se negó a realizar un estudio cardíaco que pudo haber cambiado el destino del ídolo argentino.
Franco, quien atendió a Maradona en septiembre de 2020 en el sanatorio Ipensa, explicó que había solicitado un estudio de perfusión miocárdica debido a los antecedentes de hipertensión, arritmia e insuficiencia cardiaca del exastro. Este tipo de examen, que no es invasivo, permite detectar enfermedades coronarias potenciales. Según su testimonio, el procedimiento pudo haber evidenciado un riesgo que, eventualmente, terminó siendo mortal.
“Yo quería hacer estudio de perfusión miocárdica para ver cómo estaba el corazón, pero Luque no quiso”, afirmó Franco ante el tribunal. En aquel momento, Maradona se había presentado en el sanatorio por molestias en las rodillas, y Luque ordenó una endoscopía que requería estudios cardiológicos previos. Si bien esos estudios rutinarios no mostraron anomalías, Franco insistió en un análisis más profundo dada la historia clínica del paciente.
La negativa de Luque, según contó Franco, llegó por WhatsApp. El neurocirujano argumentó que Maradona no soportaba estar mucho tiempo internado. No obstante, Franco refutó esa versión: “Yo vi un paciente receptivo, no alguien reacio al tratamiento”.
Estas declaraciones forman parte del juicio que enfrenta a siete profesionales de la salud por la presunta mala praxis que condujo a la muerte de Maradona el 25 de noviembre de 2020. La causa investiga si hubo negligencia médica en los cuidados del campeón del mundo.