Mariano Rivera es oficialmente un inmortal. La placa con su rostro, un resumen de su carrera de 19 años en Grandes Ligas y una gorra con el logo de los Yankees de Nueva York reposa a partir de hoy en el Salón de la Fama del Béisbol ubicado en Cooperstown, Nueva York.
El panameño Rivera, de 49 años, encabezó la inducción a ese recinto de la clase 2019. Lo acompañaron su ex compañero de los Yankees, Mike Mussina, Harold Baines, Lee Smith, el boricua Edgar Martínez y en homenaje póstumno el fallecido Roy Halladay representado por su esposa.
Rivera fue el último de todos ellos en tomar la palabra y no era para menos. Era el más esperado de todos y por ende el más ovacionado.
Tras recibir su placa, Rivera inició discurso de al menos 20 minutos. La primera parte fue en inglés y allí aprovechó para agradecer a su familia y a todos los que le ayudaron a lo largo de su carrera de la cual hizo un resumen desde sus inicios hasta hoy. Luego expresó el significado que tuvo jugar para los Yankees, agradeció a sus compañeros y a George Steinbrener (q.e.p.d.).
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El punto de ebullición para los fanáticos latinos que estuvieron mirando el evento en un terreno del Clark Sport Center bajo un candente sol llegó cuando Mariano habló en español.
“Siempre a donde fui representé bien a Panamá”, dijo Rivera para posteriormente agradecerle al presidente de la República, Laurentino Cortizo y al ex campeón de boxeo Roberto Durán por acompañarlo en este momento.
“A todo el pueblo de Puerto Caimito que me escucha y a todos los que me ven por televisión, gracias. Son especial para mí”, agregó.
También mencionó a sus hijos Abigail y Caleb quienes no pudieron hacer el viaje para estar con él en este momento junto a Mariano Jr., Yafet y Jazziel.
Terminó agradeciéndole a sus padres por criarlo de la forma cómo lo hicieron. Tras eso, cerró en inglés diciendo “los amo”.
Vía: Aurelio Ortiz G. (Enviado Especial a Cooperstown)
Foto: Alexander Arosemena