Si en el mundo entero la comunidad de Panamá Viejo es conocida por el trascendental papel que sus ruinas jugaron durante la época de la colonización española, dentro del país también es famosa por el fútbol, por el popular y ya desaparecido Panamá Viejo Fútbol Club, y por los talentos que de este barrio surgen.
Hoy en día, uno de los principales baluartes del balompié en esta área de la ciudad capital es Diego Valanta, jugador del Tauro, quien brilló con Panamá en el pasado Mundial de Fútbol Sub-20.
“Panamá Viejo es el barrio que me vio crecer. Gracias a Panamá Viejo soy el jugador y la persona que soy hoy, y no tengo más que desearle lo mejor en estos 500 años”, dijo el volante ayer a Mi Diario en medio de una amena conversación.
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En estado de alerta
Da tristeza escuchar de labios de este jugador de 18 años cómo se describe la realidad que vive la juventud de su barrio. Un presente que le preocupa y por lo que pide a las autoridades que hagan algo cuanto antes.
“No tenemos ni cuadro para jugar fútbol. Había unos de grama natural, pero con las últimas remodelaciones alrededor de las ruinas se eliminaron”, explicó.
Y agregó: “En mi barrio hay mucho talento, pero las oportunidades que se nos brindan son muy escasas. Se necesitan centros deportivos y de otras actividades culturales. Nos hace falta el apoyo para que la juventud vea que pese a ser del barrio se puede salir adelante”, señaló.
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Sin embargo, a pesar de las visicitudes, Valanta reconoce que no todo está perdido. “Hay personas que están tratando que echar el barrio para adelante, no tienen un trabajo fácil, son varias, les agradezco por ese esfuerzo que hacen, por estar siempre para los que nos gusta el fútbol, y los invito a que sigan luchando de tal forma”.