Derecha, izquierda, derecha, izquierda...! Su agilidad, su rapidez y sus golpes contundentes dentro del cuadrilátero lo hicieron convertirse en el campeón mundial número 10 de Panamá en 1977.
Rafael Antonio Ortega, apodado “el Brujo”, nació el 25 de septiembre de 1950 en Santa Cruz,
en el populoso corregimiento de Curundú, e incursionó en el mundo
del boxeo amateur en el año 1967, cuando tenía solamente 17 años de edad, llegando a ser campeón del Club Cincuentenario.
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Hoy, a sus 72 años de edad, conversamos con él en la residencia de su hija en el distrito de Arraiján y nos contó qué ha sido de él en estos últimos años y cuál fue la pelea más dura de su vida.
SUS INICIOS
Sentado y tomándose una taza de té, “el Brujo” Ortega recordó que él decidió practicar boxeo, ya que todos los días peleaba en la calle porque “no me dejaba de nadie”.
Un día, al ver que era bueno con los puños, se apersonó en el desaparecido gimnasio de El Marañón y comenzó a practicar boxeo, siendo su primer y único entrenador Willie Pedroza.
Narró que su apodo de “el Brujo” se lo pusieron debido a que él tenía muchas mañas al momento de pelear; una de esas era utilizar un palillo de dientes de madera dentro su pelo afro y usar los codos para golpear a sus contrincantes.
AÑOS DE GLORIA
Se coronó campeón mundial pluma el 15 de enero de 1977 al ganarle en 15 asaltos al nicaragüense Francisco “Toro” Coronado en el entonces Gimnasio Nuevo Panamá.
Ese mismo año defendió su título en Japón, venciendo al japonés Flipper Uheara, pero meses después, en su segunda defensa, lo perdió con el español Cecilio “Uco” Lastra en España. Luego se retiró del tinglado.
UN DÍA MARAVILLOSO
Esta leyenda deportiva panameña compartió junto a otros campeones mundiales en la inauguración del gimnasio de boxeo de la Cinta Costera.
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“El ver a Roberto Durán, Hilario Zapata y al resto de mis compañeros todos reunidos fue una emoción grande luego de tantos años de no verlos. Fue un día maravilloso”, expresó con lágrimas.
“El Brujo” Ortega, padre de dos hijos y abuelo de tres nietos, dijo que a Panamá le está costando tener un campeón mundial, ya que los boxeadores de hoy en día no se cuidan. “Hacen dos y tres peleas y se creen la maravilla del mundo. Les hace falta disciplina, ya que buenos entrenadores hay”, comentó.
EL GOLPE MÁS FUERTE
“El Brujo” en sus más de 30 peleas nunca fue noqueado por ninguno de sus contrincantes, pero el golpe más fuerte que recibió en su vida fue cuando cayó en la adicción a las drogas.
Su hija Yira Ortega, de 47 años, dijo que su padre cayó en las garras de la droga luego que se retiró del boxeo, adicción que tuvo por más de 10 años, hasta llegar a un punto tan álgido de estar en la calle y fue ahí donde deciden ingresarlo en un centro de rehabilitación ubicado en Cermeño, en Capira.
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“Estando internado fueron días y semanas muy duras, ya que el cuerpo pedía, pero con la fuerza de voluntad y la ayuda de Dios y el amor de mis hijos salí adelante”, confesó.
“A los jóvenes les digo que las drogas no son nada bueno, perderán todo”, recomendó.
A principios de octubre Ortega salió de su recuperación y hoy, gracias a la misericordia de Dios, a su voluntad y a la ayuda de mucha gente, disfruta la vida junto a sus hijos, esposa y nietos. ¡Grande, campeón!
DATOS
Sobre Rafael ‘el Brujo’ Ortega.
Debutó en enero de 1970 venciendo a Roberto Javier.
Realizó 31 peleas, de las cuales ganó 22 (6 por nocaut), perdió 4 y empató 5.
Combatió un total de 256 asaltos.
Hizo peleas en Estados Unidos, El Salvador, Sudáfrica, México, Japón y España.