El Manchester United sigue sufriendo los embates de una temporada irregular, esta vez empatando a 3 con el Porto en un partido que parecía controlado desde el inicio. Los Diablos Rojos comenzaron con fuerza, tomando ventaja de 2-0, pero en cuestión de minutos vieron cómo su defensa se desplomaba. El Porto, aprovechando cada error defensivo, remontó de manera espectacular hasta ponerse 3-2.
Bruno Fernandes vivió una tarde para el olvido, coronada con una tarjeta roja que dejó al equipo en desventaja numérica. El United, que sigue demostrando una inconsistencia preocupante, parecía destinado a la derrota, pero Harry Maguire, en un giro inesperado, entró para rescatar un empate y tal vez el puesto de su entrenador.
El equipo inglés sigue sin mostrar la solidez que se espera de un club de su calibre, sumido en errores y sin un rumbo claro. Aunque el empate es un alivio momentáneo, la presión sobre Ten Hag aumenta cada vez más.