Naoya Inoue, conocido como el ‘Monstruo’, continúa reafirmando su estatus como una de las figuras más dominantes del boxeo actual. En Tokio, el japonés enfrentó a Ye Joon Kim, un rival que, aunque valiente, no estaba a la altura de la precisión y potencia del campeón supergallo.
Desde el inicio, Inoue mostró por qué es considerado uno de los mejores boxeadores libra por libra. Aunque Kim intentó sorprender al campeón adoptando una postura de zurdo, esta estrategia solo logró prolongar lo inevitable. Inoue necesitó apenas tres rounds para descifrar su estilo, y en el cuarto, dejó clara la diferencia de clase entre ambos. Con una combinación letal de jab y cruzado de derecha, Inoue envió a Kim contra las cuerdas, obligando al árbitro Mark Nelson a detener la pelea.
Kim, apodado ‘Pacquiweather’, llegó al combate con un récord respetable (21-2-2), pero ninguna de sus victorias anteriores preparó al surcoreano para enfrentar la explosividad de Inoue. En los 12 años de carrera del japonés, combates como este no solo demuestran su habilidad para imponerse, sino también su compromiso de ofrecer un espectáculo, incluso cuando la balanza parece inclinada desde el principio.
Con esta victoria, Inoue amplía su invicto a 29-0 (26 KO), consolidándose como el campeón unificado del peso supergallo. Más allá del resultado, este combate reafirma que la grandeza no solo se mide en los grandes retos, sino también en la capacidad de brillar contra rivales menos competitivos.
Ahora, la atención se centra en quién será el próximo en desafiar al ‘Monstruo’. Con el supergallo dominado, el futuro de Inoue podría pasar por ascender de categoría o buscar la unificación total de los cinturones.