El futbolista panameño Rafael Águila vivió un 2024 cargado de retos y aprendizajes, marcando un antes y un después en su carrera y vida personal. Tras conquistar cuatro campeonatos con el CAI de La Chorrera, decidió aventurarse al fútbol internacional al fichar con el Foshan Nanshi, un equipo de la segunda división de China.
Mudarse a Foshan, una ciudad con más de 8 millones de habitantes, supuso un cambio radical. Águila tuvo que adaptarse a una cultura completamente diferente: sabores exóticos en la gastronomía, un clima desafiante y una barrera lingüística que logró superar con la ayuda de compañeros como un jugador chino que había vivido en España y un portugués que compartía idioma.
Sin embargo, no todo fue fácil. En el terreno deportivo, sufrió la primera lesión importante de su carrera, una experiencia que lo llevó a reflexionar sobre su vida como atleta y a enfocarse en su recuperación física y emocional. Durante este proceso, encontró consuelo en el apoyo de su madre, quien viajó hasta Foshan para estar a su lado. Entre anécdotas y sabores familiares, como el arroz con coco y arroz con maíz que ella le cocinó, Águila halló fuerzas para seguir adelante.
A pesar de las dificultades, el año en China se convirtió en una lección de vida para Rafael Águila. “Esta experiencia me enseñó a valorar más las cosas pequeñas, a superar obstáculos y a crecer como persona y profesional”, expresó el mediocampista en una entrevista exclusiva con La Prensa.
El testimonio completo de Águila, junto a momentos íntimos de su estancia en Foshan, está disponible en video, mostrando cómo un jugador panameño está dejando huella en tierras lejanas.