La etapa de Paulo Fonseca como entrenador del AC Milan llegó a su fin de manera abrupta tras un empate 1-1 contra la Roma en San Siro. Los resultados irregulares y la tensión con figuras clave del equipo sellaron el destino del técnico portugués, quien deja al club en la octava posición, con solo una victoria en los últimos cuatro partidos. “Mi conciencia está tranquila, hice todo lo que pude”, declaró Fonseca tras ser informado de su despido en una breve reunión con la directiva.
La directiva milanista actuó rápidamente, anunciando la llegada de Sergio Conceiçao, un entrenador que trae consigo un impresionante historial tras dirigir al Porto durante siete años. Bajo su mando, el Porto alcanzó un récord de puntos en la liga portuguesa y acumuló diez títulos, incluidas tres ligas. Conceiçao asume el cargo con la misión de devolver al Milan a los primeros planos, tanto en Italia como en Europa.
El primer desafío para el nuevo técnico será inmediato: la semifinal de la Supercopa de Italia contra la Juventus, un partido que tiene un componente emocional añadido. Conceiçao enfrentará a su hijo Francisco, quien juega bajo las órdenes de Thiago Motta en la ‘Vecchia Signora’. Este duelo generará sin duda una gran expectación, marcando un inicio especial para el nuevo proyecto ‘rossonero’.
Con un contrato hasta 2026, el reto de Conceiçao es doble: devolver al Milan a los puestos de Liga de Campeones y establecer un estilo de juego que inspire confianza en una afición exigente. Los próximos meses serán cruciales para determinar si el Milan ha encontrado en Conceiçao al líder capaz de marcar una nueva era.
¿Será su experiencia suficiente para enderezar el rumbo? El tiempo lo dirá.