Este coloso cubano, Mijaín López, conocido por su dominio en la lucha grecorromana, ha dejado una huella indeleble en la historia olímpica al convertirse en el primer atleta en ganar cinco medallas de oro en la misma prueba. La jornada final de la categoría de 130 kg fue testigo de una exhibición de fuerza y técnica impecable. El cubano, con su imponente presencia y su experiencia, se enfrentó al chileno Yasmani Acosta Fernández. Desde el inicio, López demostró por qué es considerado una leyenda viva. Con movimientos precisos y una estrategia infalible, se aseguró una victoria contundente por 6-0.

Este triunfo no solo le otorgó su quinta medalla de oro consecutiva, sino que también consolidó su lugar en la élite del deporte mundial. En una carrera que abarca más de una década, López ha demostrado una consistencia y un dominio sin precedentes. Desde su primera victoria en Pekín 2008, pasando por Londres 2012, Río 2016, Tokio 2020, y ahora París 2024, cada uno de estos títulos es un testimonio de su perseverancia y habilidad.
Lo que hace aún más impresionante esta hazaña es el contexto en el que se ha desarrollado. La lucha grecorromana es una disciplina que exige una combinación única de fuerza, técnica y resistencia. Competir a este nivel durante tantos años y seguir siendo el mejor es una proeza que pocos pueden igualar.
López ha enfrentado y superado a numerosos oponentes de alto calibre, adaptándose y evolucionando con cada competencia.