El lanzador cubano Aroldis Chapman es consiente de que los años pasan y que estos no perdonan, tal y como lo ha confesado él mismo en una entrevista con Lindsey Adler, de The Athletic.
Quizás el pitcher más poderoso que se haya visto en las Grandes Ligas. Su imponente recta de más de 100 millas por hora, una de las primeras que se vio en las Mayores, y su gran físico, sin duda convirtieron al isleño en un dolor de cabeza para sus adversarios.
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Champan, de 32 años de edad, explicó que está en pleno momento de “evolucionar” e incorporar picheos rompientes y cambios de velocidad para compensar que ya no alcanza el millaje que solía hacer hace algún tiempo atrás.
“Ya no tengo 25 años, ya no tengo las 105 millas de la nada, soy mayor y es mi realidad. Cuando era abridor en Cuba, lanzaba un splitter y creo que sería bueno experimentarlo ahora que no tengo las mismas millas de antes, esto me permite evolucionar como lanzador veterano”, dijo el jugador de los Yankees de Nueva York.
Cuando hizo su irrupción en la Gran Carpa, Chapman imponía temor a los bateadores rivales con una recta que fácilmente superaba las 102 millas, siendo su principal arma, pero con los años agregó un slider que llega a 88 millas, un splitter y un cambio de velocidad.