El fútbol femenino está experimentando una transformación sin precedentes, y Arabia Saudita ha decidido apostar fuerte en este mercado. La reciente contratación de Adriana Silva por el Al-Qadsiah es una prueba clara de esta estrategia. La brasileña, de 28 años, dejó el Orlando Pride de la NWSL tras conquistar el título de liga y ser una de las figuras destacadas del torneo. Su traspaso, valorado en 500.000 euros, es uno de los más altos en la historia de la liga estadounidense.

Adriana ha sido un pilar fundamental tanto en su club como en la selección brasileña. En los Juegos Olímpicos de París, su desempeño fue clave para que Brasil alcanzara la final contra EE.UU. Su fichaje por el fútbol saudí es una señal de que Arabia está invirtiendo seriamente en la expansión del fútbol femenino, replicando la estrategia que ya ha llevado a cabo en la liga masculina con nombres como Cristiano Ronaldo, Neymar y Benzema.
La liga femenina de Arabia, liderada por el Al Nassr de las brasileñas Kethellen y Duda Francelino, está atrayendo cada vez más talento internacional. El Al-Qadsiah, actualmente en la quinta posición, busca con Adriana reforzar su plantilla y competir en lo más alto.
La decisión de Adriana contrasta con la de su compatriota Marta Vieira Da Silva, quien, a sus 38 años, renovó con el Orlando Pride por dos temporadas más. Sin embargo, el movimiento de la delantera brasileña podría ser solo el inicio de una tendencia que lleve a más jugadoras de renombre a probar suerte en el fútbol árabe.
Este fichaje no solo cambia la carrera de Adriana, sino que también envía un mensaje claro: Arabia Saudita está decidida a construir un imperio en el fútbol femenino, y lo está haciendo con fichajes estratégicos y grandes inversiones.