El Manchester United podría estar a las puertas de la decisión más transformadora de su historia: La demolición de Old Trafford, para dar paso a un megaestadio de última generación con capacidad para 100 mil personas. Este ambicioso proyecto, liderado por un grupo de trabajo conformado por Gary Neville, Andy Burnham y Lord Coe, propone un recinto innovador que no solo marcará un antes y un después en el fútbol británico, sino también en la regeneración urbana del Gran Manchester.
El grupo de trabajo evaluó opciones para remodelar el estadio actual, pero las limitaciones de capacidad (87 mil asientos) y los desafíos estructurales hicieron que esta opción quedara relegada. Por el contrario, construir un nuevo estadio amplificaría los beneficios económicos y sociales, convirtiéndose en un símbolo de modernidad y progreso.
El alcalde de Gran Manchester, Andy Burnham, destacó que este proyecto representa “la mayor oportunidad de regeneración urbana desde los Juegos Olímpicos de Londres 2012”. Además, los directivos del club confían en iniciar las obras antes de fin de año, un movimiento estratégico tras la llegada de Jim Ratcliffe como inversionista clave en el club.
La nostalgia de los seguidores
La decisión final sobre el futuro de Old Trafford se tomará antes de que termine la temporada. Mientras tanto, los fanáticos enfrentan sentimientos encontrados, la nostalgia de despedirse de un estadio con más de un siglo de historia y la emoción de un futuro brillante con un estadio líder a nivel mundial.
Con este paso, el Manchester United no solo busca redefinir su historia, sino también posicionarse como un club pionero en infraestructura deportiva. El futuro del fútbol británico está a punto de cambiar para siempre.