Willie Mays, considerado uno de los mejores jugadores de béisbol de todos los tiempos, falleció el martes a los 93 años. Su legado, que comenzó en las Ligas Negras y se consolidó en las Grandes Ligas, perdurará en la memoria de los aficionados y en la historia del deporte.
Nacido el 6 de mayo de 1931 en Westfield, Alabama, Mays mostró desde joven un talento excepcional para el béisbol. A los 15 años ya jugaba para los Birmingham Black Barons de las Ligas Negras, y su carrera despegó cuando los New York Giants lo firmaron en 1950. Debutó en las Grandes Ligas en 1951, y a pesar de un comienzo difícil, su talento pronto se hizo evidente. Ganó el premio al Novato del Año y ayudó a los Giants a conseguir el banderín.
Mays fue conocido por su versatilidad en el campo, combinando poder, velocidad y defensa. Conectó 660 jonrones, ganó 12 Guantes de Oro y fue el primer jugador en superar los 300 jonrones y 300 bases robadas. Su famosa atrapada por encima del hombro en la Serie Mundial de 1954 es una de las jugadas más icónicas en la historia del béisbol.
El comisionado de la MLB, Rob Manfred, expresó su pesar por la pérdida de Mays, recordando cómo su carrera comenzó en el Rickwood Field con los Birmingham Black Barons. “Willie Mays llevó su brillantez integral desde los Barones Negros de Birmingham a la histórica franquicia de los Giants. De costa a costa, Willie inspiró a generaciones de jugadores y fanáticos a medida que el juego crecía y ganaba su lugar como nuestro Pasatiempo Nacional”, dijo Manfred.
El presidente de los Giants, Greg Johnson, destacó la influencia de Mays tanto dentro como fuera del campo. “Willie Mays no sólo dejó una huella indeleble en el béisbol, sino también en la estructura de Estados Unidos. Fue una inspiración y un héroe que siempre será recordado y profundamente extrañado”, expresó Johnson.
Larry Baer, presidente y director ejecutivo de los Giants, compartió recuerdos personales de Mays, enfatizando su impacto en los jóvenes jugadores y su pasión por el béisbol. “Durante los últimos 30 años, trabajar con Willie y ver de primera mano su entusiasmo por la vida y su pasión desenfrenada por ayudar a los jugadores jóvenes y a los niños ha sido una de las alegrías de mi vida”, declaró Baer.
La carrera de Mays estuvo marcada por logros históricos. Fue 24 veces All-Star, ganó dos premios MVP y se convirtió en una figura central del béisbol durante su era. Su influencia trascendió el deporte, sirviendo como modelo a seguir y pionero para muchos jugadores afroamericanos.
En el momento de su muerte, Mays era el miembro vivo del Salón de la Fama de mayor edad, un título que heredó tras la muerte de Tommy Lasorda en 2021. Su legado será honrado en el juego de la MLB del jueves en el Rickwood Field en Birmingham, Alabama, entre los Giants y los Cardinals, una celebración de su carrera y de las Ligas Negras.
A pesar de jugar en estadios desafiantes como el Polo Grounds y el Candlestick Park, Mays nunca usó esto como excusa y continuó demostrando su talento inigualable. Su impacto en el béisbol y en la cultura estadounidense seguirá siendo recordado y celebrado por generaciones.