El 10 de octubre de 2017 es un día que estará para siempre en la memoria de los panameños. Aficionados o no, críticos o seguidores del equipo nacional de fútbol, todos gritaron esa noche: “Sí se pudo”.
Este sábado 10 octubre de 2020 se cumplen tres años, desde que la Roja consiguió su primera clasificación a una Copa del Mundo Mayor de FIFA. Ese día, el Rommel Fernández fue testigo de lo impensable. El rival no pudo ser mejor: el de siempre, Costra Rica. Un gol que no debió subir al marcador, pero que el árbitro de aquel partido, el guatemalteco Walter López, que siempre verdugo de la selección canalera, ese día se lo apuntó a Blas Pérez. Otro tanto agónico de Román Torres sobre la hora. El pitazo final y el jubiló invadió la totalidad del estadio Rommel Fernández.
Las calles se inundaron de gente. Fiesta en todas las esquinas. Juan Carlos Varela, presidente en ese momento, decretó libre el siguiente día para que todos los panameños celebraran a lo grandes.
El panorama fue perfecto, ya que la clasificación no solo dependía de la Roja, también se necesitaron de otros resultados, algunos muy improbables, pero los planetas se alinearon y todo sucedió. Sobretodo, la increíble derrota de Estados Unidos ante Trinidad y Tobago (2-1). La remontada de Panamá contra Costa Rica (2-1) de paso, dejó fuera a los gringos 32 años después.
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Otro ingrediente que le dio mayor valor la hazaña alcanzada esa noche, fue el recuerdo de la tragedia cuatro cuatro años antes, ya que en 2013, cuando Panamá estaba por dejar fuera del Mundial a México en la última fecha de la Eliminatoria, venciendo a los estadounidenses en el Rommel, dos mazazos gringos en el tiempo de reposición, le arrebataron el caramelo que tenía por nombre Brasil 2014, al equipo dirigía Julio César Dely Valdéz. Estados Unidos remontó y en el Coloso de Juan Díaz más de 25 mil almas presentes lloraron.
Ya después, en el Mundial de Rusia solo hubo otros dos momentos de felicidad, el canto del Himno Nacional en el debut ante Bélgica y el gol de Felipe Baloy ante Inglaterra. Hubo otro de José Luis Rodríguez ante Túnez, pero el juez lo marcó en contra luego de un rebote en un rival. Fueron tres goleadas, pero la satisfacción de haber llegado y estar entre los grandes, no la borrará nadie.