Ucrania traza este sábado paralelismos entre la invasión rusa y la hambruna conocida como Holodomor, provocada por las autoridades soviéticas entre 1932 y 1933, que mató a millones de ucranianos y que el país considera un genocidio.
Las velas se convirtieron en un elemento de interior habitual en Ucrania debido a los apagones causados por los ataques rusos. Sin embargo, hoy fue otro el motivo por el que fueron encendidas miles de ellas en las ventanas de muchos hogares y en las plazas de las ciudades ucranianas.
“Lo mínimo que podemos hacer es recordar a todos los que murieron en la hambruna y a aquellos que sufren ahora hambre a causa de la guerra en las zonas devastadas por Rusia”, dice a EFE Vasylyna mientras su hijo Markiyan enciende una vela tras un breve oficio religioso en la Plaza de la Libertad en Leópolis (oeste).
Con ocasión del día en que se conmemora a las víctimas de la hambruna, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, comparó el Holodomor con la situación actual que vive Ucrania, con miles de hogares sin electricidad y sin calefacción.
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“Antes quisieron destruirnos a través del hambre, ahora lo hacen con la oscuridad y el frío”, declaró el jefe del Estado, a la vez que remarcó que a pesar de las experiencias terribles que han vivido, los ucranianos han preservado su amor por la libertad y prevalecerán esta vez.
Zelenski anunció además el lanzamiento de la iniciativa “Grano desde Ucrania” que tiene el fin de enviar hasta 60 barcos cargados de cereal a algunos de los países más pobres del mundo, en un plan coordinado con el Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
El objetivo es evitar el sufrimiento de millones de personas al borde de la inanición tras el bloqueo de los puertos ucranianos, subrayó Zelenski durante el acto de apertura, e impedir con ello que Rusia vuelva a usar el hambre como arma, como hizo en Ucrania hace noventa años.
¿QUÉ ES HOLODOMOR?
El régimen de Iósif Stalin causó el Holodomor -”masacre por hambre”, en ucraniano- al tratar de suprimir la resistencia de millones de campesinos ucranianos, organizados tradicionalmente en pequeñas granjas privadas, que se resistieron a la colectivización forzosa y a la industrialización a gran escala que necesitaba mano de obra barata.
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A partir de 1932 y sin que hubiera una causa natural para la hambruna, los agricultores del centro, sur y este de Ucrania fueron despojados no sólo del cereal (destinado en gran medida a la exportación) sino de todos los alimentos que tenían.
Como resultado, según el Instituto Ucraniano de Demografía e Investigaciones Sociales, murieron unos 4 millones de ucranianos, mientras que muchos otros se desplazaron a las ciudades en busca de comida y trabajo.
A la destrucción del ámbito rural le siguió la masacre masiva de los intelectuales ucranianos en la década de 1930, que allanó el camino al control soviético sobre Ucrania y a la subsiguiente rusificación del país.
Aunque algunos periódicos extranjeros publicaron entonces informaciones sobre las montañas de cuerpos en las calles de pueblos y ciudades ucranianos y sobre casos de canibalismo, el Holodomor pasó en gran medida desapercibido a nivel internacional.
En la propia Ucrania, el tabú se mantuvo en tiempos soviéticos y la cuestión sólo salió a la palestra durante la presidencia de Viktor Yushenko, que en 2006 instituyó el día de recuerdo a la memoria de los difuntos y promovió su reconocimiento como genocidio.
En 2010, un tribunal ucraniano halló a Stalin y a varios otros altos cargos soviéticos responsables de haber organizado la hambruna.
Tras el inicio de la invasión rusa, que también ha sido calificada de genocidio por varios parlamentos europeos, el uso de paralelismos ha sido inevitable y Kiev ha presentado un caso ante la Corte Penal Internacional en la que acusa a Moscú de cometer este crimen con su agresión.
En cuanto al Holodomor, los parlamentos de Irlanda, Moldavia y Rumanía lo han reconocido recientemente como genocidio y está previsto que el Bundestag alemán haga lo propio la semana que viene.
Rusia no considera la hambruna como un genocidio y en octubre desmanteló el monumento de recuerdo a las víctimas en la ciudad ucraniana ocupada de Mariúpol. EFE